Santiago 4:1-8

ABRAN SU BIBLIA A SANTIAGO 4:1-8

¡LA GUERRA ES UNA REALIDAD! A pesar de los tratados, las organizaciones para la paz mundial, y la amenaza de las bombas nucleares. No sólo existen guerras entre naciones, sino también las hay, en casi todos los niveles de la vida.

La gente se pelea en los negocios, en la política, la religión, la educación, el matrimonio, y en los deportes. Y desgraciadamente, los creyentes también se pelean en la iglesia. Se supone que las hermanas y los hermanos deberían vivir juntos en amor y armonía, pero muchas veces, no es así.

Por ejemplo, Lot provocó un conflicto con su tío Abrahán Absalón se sublevó contra su padre David. Aun los discípulos, le causaron problemas a nuestro Señor, cuando se pusieron a discutir sobre quién sería el más importante en el Reino.

EMPECEMOS EN ORACION

Padre, que maravilla poder estar en tu Presencia. Poder dejar el bullicio de nuestra vida cotidiana y escuchar Tu voz, a través de tu Palabra. Señor, sabemos que vivimos en un mundo de guerras, pleitos y disputas. ¡Hasta las cristianas se pelean entre ellas!

Padre, queremos ser diferentes. Queremos vivir juntas en amor y armonía. Queremos representarte bien. Ser mujeres de dignidad y honestidad. Mujeres conforme a Tu corazón. Señor, queremos brillar para ti, y darte gloria en todo lo que hacemos y decimos. En el nombre de Jesús, Amén.

La semana pasada, Santiago terminó el capítulo 3 diciendo, que el hombre sabio es un hombre que ama la paz. Ahora en el capítulo 4, él nos recuerda del conflicto, que muchas veces existe, entre la gente de Dios. ¿Y cuál es la causa de todo esto? ¿Por qué es que hay tantos hogares infelices, y tantas iglesias destrozadas por la división?

¿Por qué es que hay enemistades desagradables entre los cristianos? La razón es que tratamos constantemente de satisfacer nuestros propios deseos de placer, y por tener posesiones, que sobrepasen, a las que otros tienen.

El título de este mensaje es AMIGA DE DIOS, y está dividido en tres elementos (I) PEDIRLE

A DIOS; (II) SOMETERSE A DIOS; Y (III) ACERCARSE A DIOS.

ASI QUE COMENCEMOS CON…,

I. PEDIRLE A DIOS (Santiago 4:1-3)

¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no vienen de sus pasiones, las cuales luchan dentro de ustedes mismos? 2 Si ustedes desean algo, y no lo obtienen, entonces matan. Si arden de envidia y no consiguen lo que desean, entonces discuten y luchan.

El triste hecho es de que SI HAY guerras y peleas entre los cristianos. Y sugerir que este párrafo no aplica a los creyentes, NO ES REALISTA. ¿Cuál es la causa de todas estas peleas? Viene de las pasiones dentro de nosotros, que están luchando constantemente por satisfacerse.

Tenemos un gran deseo por acumular posesiones materiales. Tenemos una gran pasión por tener prestigio. Y tenemos un gran anhelo por el placer… por gratificar nuestros apetitos físicos. Estas fuerzas poderosas están siempre obrando dentro de nosotras. ¡Nunca estamos satisfechas! ¡Siempre queremos más!

Y sin embargo, nos sentimos frustradas cuando no conseguimos lo que queremos. El anhelo insatisfecho, se vuelve tan poderoso, que hasta podemos pisotear a otros, si sentimos que se están interponiendo en nuestro camino. Santiago dice, “ustedes matan”. El usa la palabra matar, en gran parte, en sentido figurado.

Literalmente, no matamos, pero la ira, los celos, y la crueldad, que provocan, son asesinatos en gestación.

2b Si arden de envidia y no consiguen lo que desean, entonces discuten y luchan. Queremos tener más cosas,… y mejores cosas que otros. Y por alcanzarlas, nos peleamos, y nos devoramos, unos a otros.

La historia de Juan y Julia es un ejemplo de esto… Ellos se acaban de casar. Juan tiene un trabajo, relativamente bueno, pero no le pagan mucho. Sin embargo, Julia quiere tener una casa tan bonita, como las que tienen otras parejas en la iglesia. Juan quiere un carro último modelo. Julia quiere los mejores muebles, y artefactos eléctricos de primera.

Por supuesto, ¡que todas estas cosas las tienen que pagar a plazos! El sueldo de Juan con las justas les alcanza. Y para remate, el tan anhelado bebé, acaba de nacer. Así que esto significa más gastos, más deudas, y un presupuesto totalmente patas arriba.

A lo que las exigencias de Julia aumentan, Juan se vuelve cada vez más irritable y regañón.

Julia se desquita con llantos y murmuraciones. Y al poco tiempo, las paredes de la casa comienzan a retumbar entre estos dos fuegos. ¡El materialismo está destruyendo su hogar!

O podría darse el caso de que Marta, una señora de la iglesia, estuviera celosa de que Eduardo y Teresa, tuvieran un lugar más prominente en la iglesia, que Marta y su esposo.

De repente, Marta le hace un comentario sarcástico a Teresa. Y a lo que la batalla entre ellas se hace más candente, los maridos de ambas, se meten en el embrollo también.

Entonces otros cristianos se empiezan a poner del lado de uno, O DEL OTRO, y la congregación se divide. Todo esto, por el deseo incontrolable DE UNA PERSONA por tener prominencia en la iglesia.

Esa es la fuente de los pleitos y las luchas entre los creyentes. ¡Viene de la codicia y de la envidia! El deseo se vuelve tan intenso, que la gente es capaz de cualquier cosa, por complacer esos deseos.

No comprenden, que la verdadera alegría no viene de tener cosas materiales, o de tener prestigio, sino de tener contentamiento con lo que Dios provee. Por eso Pablo dice en 1 de Timoteo 6:8 “Así que, si tenemos sustento y abrigo, contentémonos con eso.”

2-3 Pero no obtienen lo que desean, porque no piden; 3 y cuando piden algo, no lo reciben porque lo piden con malas intenciones, para gastarlo en sus propios placeres.

La oración debiera ser siempre nuestro primer recurso… nuestro enfoque primordial. “¡NO DISCUTAN! ¡NO PELEEN.” Más bien, ¡OREN! Santiago dice, ”Pero no obtienen lo que desean, porque no piden.” En vez de llevarle estas cosas al Señor, EN ORACION, tratamos de conseguir lo que queremos por nuestros propios medios. Y, a veces, ¡lo hacemos a la mala!

Jesús dice en Mateo 7:7-8, “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.”

Aquí Jesús nos quiere enseñar, lo que la Escritura considera lo más importante en la oración: La seguridad de que nuestra oración será ESCUCHADA Y CONTESTADA! Observen como Jesús usa palabras, que significan casi lo mismo, y cada vez, repite la promesa, sin lugar a dudas: ¡Tú recibirás. Tú encontrarás. Y te será abierto!

Y luego da, como la base de esta garantía, la Ley del Reino: “Todo aquel que pide, recibe. Y aquel que busca, encuentra. Y a aquel que toca, se le abrirá.”

Al repetir esto seis veces, Jesús quiere recalcar, en nuestras mentes, esta GRAN VERDAD: Que debemos esperar con confianza la respuesta a nuestra oración. Todo aquel que pide, RECIBE.

En las tres palabras que Jesús usa – PIDAN, BUSQUEN, y LLAMEN – Él nos da un significado diferente.

Si ese es, efectivamente, el propósito de Jesús, entonces, la primera palabra PIDAN, se refiere a las cosas que PEDIMOS en oración. Pero yo puedo pedir y recibir lo que he pedido, sin tener relación alguna con el Dador de mi petición.

Luego, “BUSQUEN” es la palabra que la Escritura usa para Dios mismo. Cristo te asegura que si lo buscas a Él, lo encontrarás. Pero no es suficiente encontrar a Dios en momentos de necesidad, si no entramos en comunión íntima y constante con El.

Y, por último, la palabra “LLAMEN” habla de vivir la vida con Dios -- Con El, y en El. Pedir y recibir, lo que hemos pedido, puede llevarnos a buscar y a encontrar al Dador de todas las cosas, pero es en el LLAMAR, que la puerta de la casa del Padre se abre… al igual que Su amor.

Nuestro Señor Jesucristo nos quiere asegurar que EL PEDIR, EL BUSCAR Y EL LLAMAR no serán en vano. Recibir la respuesta, encontrar a Dios, y abrirse la puerta al corazón del hogar de Dios, SON EL FRUTO SEGURO DE LA ORACIÓN.

Que nuestro Señor tuviera que repetir esta verdad, varias veces y de distintas formas, indica que es una lección MUY IMPORTANTE. Es la prueba de que El conoce nuestro corazón.

ÉL sabe que la duda y la desconfianza, con respecto a Dios, son naturales en nosotras, y cuan fácilmente nos conformamos a que la oración, se vuelva solo un acto religioso, sin esperar respuesta alguna.

Cuando ores, ora como si todo dependiera de Dios. Y cuando trabajes, trabaja como si todo dependiera de ti.

Él quiere que seamos específicas en nuestra oración. Nada de generalidades, como la oración de “Señor, lo que sea tu voluntad.” Eso sonará muy espiritual, pero no es lo que Jesús te ofrece. Lo que Jesús dice es PIDE Y RECIBIRAS. No hay nada más claro que eso.

Por lo tanto, debemos de grabar esta profunda verdad en nuestros corazones. La oración nos beneficia muchísimo. ¡Así que, pide y recibirás! Todo aquel que pide, RECIBE. Muchas cristianas oran todos los días, piden muchas cosas, y confían que ALGUNA DE SUS ORACIONES SERA ESCUCHADA.

Pero realmente saben muy poco de respuestas directas a la oración, como algo normal en su diario vivir. Esto es lo que el Padre desea: El busca comunicación diaria con nosotras, con Sus hijas – no solo para escuchar nuestras peticiones, sino también, para concederlas.

Él quiere que tú y yo vayamos a Él, día a día, con peticiones concretas, y quiere darnos, día a día, lo que le hemos pedido. La oración es el privilegio más grande, nuestra responsabilidad más grande, y el poder más grande que Dios ha puesto en nuestras manos.

PAUSA

Un chiquito quería tener un hermanito. Su papá le había dicho, que la forma de obtener cosas, era de orar por ellas. Así que, el chiquito se puso a orar para tener un hermanito.

Después de dos semanas, el bebé no había venido, así que dejó de orar. Nueve meses después, el papá le dijo que su mamá iba a tener un bebé.

Más tarde, llegó el papá a casa con unos hermanitos mellizos. Y le dijo, “¿No estás contento de que oraste cuando lo hiciste? El chiquito contestó, “Si, ¿pero no estás contento tú de que paré de orar, cuando lo hice”?

¡Pide, y se te dará! La oración del hombre o de la mujer en la tierra, y la respuesta de Dios en el cielo, están hechas la una para la otra. Tomemos estas palabras tal como fueron dichas. No dejemos que el razonamiento humanO debilite su fuerza. Tomemos estas palabras exactamente como Jesús nos las dio, y creámoslas.

Pero, si has estado orando “por largo tiempo”, y la respuesta no te ha llegado todavía, esto no significa que Dios no te va a contestar. Pero sería bueno, como dice Santiago, que examines tu corazón para ver, “si estás pidiendo con malas intenciones, y para gastarlo en tus propios placeres.”

ASI QUE YA VIMOS QUE PODEMOS PEDIRLE A DIOS (QUE DIOS QUIERE QUE LE PIDAMOS)

AHORA VAYAMOS A NUESTRO 2NDO ELEMENTO…

I. SOMETERSE A DIOS (Santiago 4:4,6)

4 ¡Ay, gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Todo aquel que quiera ser amigo del mundo, se declara enemigo de Dios.

¡Ay, gente adúltera! ¿Será posible que Santiago se esté refiriendo a nosotras? Dios quiere que lo amemos con todo nuestro ser. Él es un Dios celoso, que no compartirá, el lugar que le corresponde en nuestros corazones, CON NADA NI CON NADIE.

Pero nosotros, los seres humanos, dejamos que el mundo nos distraiga, con su punto de vista inmoral e indulgente. El mundo es enemigo de Dios, y la que quiera ser amiga del mundo, no puede ser amiga de Dios.

Santiago declara que si amamos los placeres pecadores del mundo, o las buenas cosas del mundo, MAS DE LO QUE AMAMOS A DIOS, entonces cometemos adulterio espiritual.

El mundo, que es realmente seductor, ve la sabiduría de Dios como una necedad. Sin embargo, para Dios, la sabiduría del mundo, es un disparate, y sus valores llevan a la destrucción. Así que, ¿buscarás alegría en los placeres que el mundo te ofrece? ¿O la buscarás en Dios y Su voluntad para tu vida?

La Biblia compara “la amistad con el mundo” con el adulterio. Nosotras somos la novia de Cristo, y debemos de serle fiel. La tribu de Judá cometió adulterio ante Dios, al adoptar las costumbres pecaminosas de otras naciones. ¡Adorando a sus dioses!

Lo que haces, revela quien es Señor en tu vida, y los resultados confirman las diferencias que hay entre los caminos de Dios, y los del mundo. SEGUN DIOS – es como cometer adulterio – y lleva a la muerte espiritual. No te engañes a ti misma. ¡No estás inmune a esta clase de infidelidad!

4b Todo aquel que quiera ser amigo del mundo, se declara enemigo de Dios.

Jesús dice en Juan 15:14-15 ““Ustedes son mis amigos, si hacen lo que Yo les mando.” Ya no los llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; Yo los he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de Mi Padre, se las he dado a conocer a ustedes.”

¡Tú no escoges ser amiga de Dios! Ser Su amiga es por invitación solamente. Solo dos personas en el Antiguo Testamento fueron descritas específicamente como “amigos de Dios.” Abrahán y Moisés. Abrahán caminó tan cerca del Señor, que Dios se refirió a él, como Su amigo. Y Moisés habló con Dios “cara a cara,” como un hombre le habla a su amigo.

Facebook, la conocida red social, comenzó en el 2004, para que los estudiantes universitarios se pudieran comunicar online entre ellos. Ahora está abierto para gente de todas las edades, y actualmente se estima, que hay 500 millones de usuarios.

Como muchas de ustedes saben, cada usuario tiene su propia página… con fotos, e información personal… que puede ser vista por sus “amigas.” Ser amiga de una persona significa abrir la puerta de comunicación, e información acerca de quién eres tú, a donde vas, y que es lo que haces.

Las amistades de Facebook pueden ser, o simples conocidos, o amistades verdaderas, pero cada una es por “invitación solamente.”

La generosidad, la unidad, y la confianza sincera son el sello de una verdadera amistad, especialmente en nuestra relación con Jesús. Cristo tomó la iniciativa, CUANDO DIO SU VIDA POR TI, y te está invitando a que lo conozcas DE VERDAD, y a que lo sigas. ¿Has respondido a esta bella invitación de amistad, dándole tu corazón a Jesús?

Jesús llamó a Sus discípulos, AMIGOS. Se había formado, una amistad tan íntima entre ellos, que Jesús quería compartir con Sus amigos, lo que había en Su corazón.

SI TÚ NO PUEDES DECIR “EN ESTE MOMENTO”, QUE ERES AMIGA DE DIOS, entonces te recomiendo que te comprometas, “de ahora en adelante,” a buscar a Dios con todo tu corazón. ¡Jesús anhela ser tu Amigo!

6 Pero la gracia que Él nos da es mayor. Por eso dice: “Dios se opone a los soberbios, y da gracia a los humildes.”

El orgullo es el gran enemigo de la cristiana. El orgullo es una opinión demasiada elevada de uno misma. El orgullo te motiva a hacer cosas, que no reflejan bien a Cristo, y que te impiden hacer lo que le da gloria a Dios.

El orgullo influenció a Adán y a Eva a querer ser como Dios. El orgullo motivó a Caín a matar a su hermano Abel. El orgullo provocó a los hermanos de José a venderlo, como esclavo. El orgullo causó que el Rey Saúl se resintiera, tan hondamente con David, que trató de matarlo varias veces.

El orgullo llevó al Rey Ezequías “a revelar tontamente” las riquezas de su reino a sus enemigos. El orgullo fue la raíz del odio, que los fariseos sentían, contra Jesús. El orgullo fue la razón que los discípulos discutieran acerca del rango, que tendrían, en el Reino.

¡El orgullo es tu enemigo implacable! Si sucumbes a su influencia, habrá consecuencias. Puede que sepas que has ofendido a alguien, pero el orgullo, no te deja pedir perdón. Puede que te des cuenta que necesitas reconciliarte con alguien, pero el orgullo, no deja que te humilles.

El Espíritu Santo te convencerá de que estás viviendo una vida pecadora, pero tu orgullo, no querrá admitirlo. El orgullo te convencerá, de que tú mereces ser tratada mejor.

El orgullo te impedirá servir a otros. Y peor aún, el orgullo te hará hacer “lo que sea” por obtener prestigio y prominencia.

El orgullo te hará escuchar a la gente aduladora, e ignorar a los que te aconsejan honestamente. El orgullo te llevará a aislarte de la gente, para no tener que rendirle cuentas a nadie.

¡ES LA HUMILDAD LO QUE COMPLACE A DIOS! Si eres humilde, Dios te honrará. Si el orgullo se ha metido en alguna área de tu vida, pídele a Dios que te de victoria sobre éste, antes de que el orgullo te robe de lo que Dios tiene para ti.

Proverbios 29:23 dice: “La soberbia humilla al hombre; al humilde de espíritu, lo sostiene la honra.”

Había un hombre, que era de lo más orgulloso. ¡Se creía la divina pomada! Un día se subió a una de esas balanzas antiguas, donde se ponía una moneda, y te daba una pequeña tarjeta con el peso y comentarios acerca de tu personalidad.

Después de leer la tarjeta, se la dio a su esposa, diciendo, “¡Mira lo que dice!” Ella cogió la tarjeta, y la leyó en voz alta, “Eres dinámico, un líder nato, guapo, y muy admirado por las mujeres por tu gran personalidad.” Mirando la tarjeta de nuevo, ella añadió, “Hmmmmmmm. “¡Veo que también se equivocaron en tu peso!”

Cuando tenemos éxito, nosotras también podemos perder la noción de nuestra propia debilidad, y dejar que nuestros corazones se llenen de un orgullo destructivo. Santiago nos dice que no seamos orgullosas, sino más bien, humildes ante Dios, y ante la gente.

Santiago nos dice que “Dios se opone a los soberbios, y da gracia a los humildes.” La clave, aquí, es la gracia. ¡No hay nada más maravilloso! Solo nuestro Señor Jesucristo se merece todo nuestro agradecimiento, y toda nuestra alabanza – especialmente por la gracia -- que nos ha dado.

Nuestros logros, éxitos, o grandeza, no se originan en nosotras mismas. Son el producto de la gracia inigualable de Dios, de la cual dependemos eternamente. La gracia de Dios es amor infinito, que se expresa a sí mismo, en su bondad infinita.

A veces, cuando nos juzgan injustamente en el trabajo, estamos tentadas a molestarnos, o a murmurar a espaldas de otros, o a tratar de desquitarnos.

Escucha como el gerente de un restaurante de la zona, decidió responder a la injustica cometida contra él.

Era un día cualquiera, durante la semana, cuando una joven inspectora de alimentos de la municipalidad, ENTRÓ, a grandes zancadas, por la puerta del restaurante. Ella caminaba como un torbellino de un lado a otro.

En un momento dado, hasta se le cayó su termómetro dentro del envase de la salsa a la huancaína. De ahí, se le acercó a un empleado, que estaba cortando los limones para el cebiche, y apuntó en su reporte, que el empleado había dejado desatendida la tabla de cortar.

Al final de su inspección, la joven escribió despiadadamente en su reporte, que el restaurante debería ser cerrado. Los empleados observaban atentamente al gerente, para ver cuál sería su reacción. Y su reacción sorprendió a todos.

En vez de insultarla, o botarla del restaurante, él discretamente la alabó por tratar de hacer un buen trabajo. Además, le recomendó que se relajara un poco en su trabajo, y que tomara la cosas con más calma, en vez de tratar de demostrar SU VALIA por ser joven. Le dijo que si ella hacía eso, y aprendía un poco de compasión, llegaría lejos.

La actitud correcta del gerente dio buenos resultados. La inspectora debe de haber suavizado su evaluación, porque el restaurante SIGUIO ABIERTO en atención al público.

Cuando nos tenemos que enfrentar a la injusticia, que el Señor nos ayude a no desquitarnos, para no dañar nuestro testimonio, haciendo una escena. Por Su gracia, podremos mantener nuestra actitud pura, y nuestras intenciones, conforme a Su voluntad.

Y cuando lo hacemos, demostramos que confiamos que Dios traerá algo bueno, de lo malo.

ASI QUE, DESPUES DE PEDIRLE A DIOS, Y DE SOMETERSE A DIOS, TERMINEMOS CON NUESTRO 3ER ELEMENTO…

I. ACERCARSE A DIOS (Santiago 4:7-8)

7 Por lo tanto, sométanse a Dios; opongan resistencia al diablo, y él huirá de ustedes.

¿Te sientes algunas veces, como si estuvieras en una ola de tentación? Se te vienen a la mente ideas locas, ¿y luchas por no ceder? En Mateo 4, Jesús modela de forma poderosa, cómo responder a la tentación.

Satanás tentó a Jesús a que se postrara ante él, y que lo adorara. Sin embargo, Jesús respondió en Mateo 4:10, “Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás. En el momento en que Jesús demostró Su cometido de adorar a Dios, la Biblia dice, “entonces el diablo lo dejó.”

La alabanza derrota a Satanás. El odia la alabanza porque él odia a Dios, y todo aquello que exalta o le place a Dios. Una de las estrategias de Satanás es hacer que nos enfoquemos en nosotras mismas – en nuestras necesidades, problemas, circunstancias, sentimientos.

Cuando miramos hacia el cielo, aunque nuestros ojos puedan estar llenos de lágrimas, SI ESCOGEMOS ALABAR AL SEÑOR, el plan de Satanás será vencido, y Dios será victorioso en nuestras vidas.

¿Te está atormentando Satanás con miedos y dudas? ¿Te está bombardeando con la tentación a pecar? TRATA DE ALABAR AL SEÑOR, y verás cómo Satanás huye. Hoy día, cuando estés tentada a pecar, no te concentres en ti misma, MAS BIEN, comienza a alabar al Señor. Agradécele por ser quien es, y por haberte dado la victoria sobre el pecado.

8 Acérquense a Dios, y Él se acercará a ustedes. ¡Límpiense las manos, pecadores! Y ustedes, los pusilánimes, ¡purifiquen su corazón!

2 de Crónicas 15:2 dice: “El Señor estará con ustedes, si ustedes están con El. Si lo buscan, lo hallarán; pero si lo dejan, también Él los dejará.” Como respondemos a Dios, determina, mayormente, Su Presencia en nuestras vidas. Si lo buscamos con todo nuestro corazón, entonces lo encontraremos.

El Señor quiere tener comunión con nosotras, pero Él no va a forzar una relación, si no la queremos. No podemos rechazar una comunión con El, y esperar que Él se quede cerca de nosotras. Él no nos va a seguir durante todo el día, en caso, de que lo necesitemos.

Si seguimos abandonándolo, llegará el momento, que lo necesitaremos desesperadamente, y El no estará cerca para ayudarnos. Es una afrenta al Dios soberano tratarlo como si fuera un sirviente, QUE NOS TIENE QUE ATENDER. Él es el Creador del Universo, Él Manda Más, el Rey de Reyes. ¡Y Él nos ama apasionadamente!

Este Dios maravilloso se relacionará con nosotras ¡SI! “pero será El quien determine las condiciones de nuestra relación,” NO NOSOTRAS. Dios anhela caminar cerca de nosotras. El hará Su Presencia real y personal, si eso es lo que deseamos. Si nos arrepentimos de nuestro pecado, y aceptamos Sus condiciones, podremos tener una relación íntima con El.

Qué lindo poder levantarnos cada día teniendo la seguridad de que nuestro Dios está caminando a nuestro lado.

Así que toma la decisión de buscar a Dios de todo corazón. Pídele al Espíritu Santo que te llene continuamente de Él. Que la evidencia de Su Presencia aumente en tu vida. Que Jesús viva en ti, como una demostración tangible, de quien es El.

Acercarnos a Dios es nuestra responsabilidad. Y el hecho de que Él se acerque a nosotras, es Su responsabilidad. Ambas responsabilidades, están expresadas en este versículo:

”Acércate a Dios, y Él se acercará a ti”. Cuando tú haces tu parte, El hará la Suya. Pero a veces es más difícil de lo que pensamos. Dejamos que las ocupaciones del diario vivir, nos distraigan de la Presencia de Dios. Nuestras rutinas diarias, y nuestras listas de lo que tenemos que hacer, se vuelven Sus rivales por nuestra atención, y muchas veces, dejamos que estas ganen.

Dios podría obrar de formas, que nos forzaran a buscarlo, pero El prefiere que nosotras vayamos a Él, porque lo deseamos, y no porque tenemos que hacerlo. Se supone, que acercarnos a Dios, debiera ser un acto de amor. Y el amor, si es real y verdadero, es siempre voluntario.

8 ¡Límpiense las manos, pecadores! Y ustedes, los pusilánimes, ¡purifiquen su corazón!

Hay momentos en que sentimos que Dios está muy lejos de nosotras. Puede que sientas que Él no está escuchando tus oraciones. Santiago dice que la razón es muy simple. ¡Y que la solución, ¡es muy simple también! Si estás lejos de Dios, es porque tu pecado te ha separado de Él.

Dios no cambia. Su carácter permanece absolutamente santo. Su fidelidad nunca falla.

Somos nosotras las que cambiamos. Nosotras somos las que permitimos que el pecado entre en nuestras vidas. Escogemos nuestro propio camino. Pasamos menos y menos tiempo con El – estudiando la Biblia… o en oración.

Y de repente, nos damos cuenta que NOS HEMOS IDO DISTANCIANDO “poco a poco” de Dios. La solución, según Santiago, es muy sencilla. ¡Debemos de acercarnos a Dios!

De cuando en cuando me encuentro con mi amiga, Tina, en la iglesia. En uno de nuestros encuentros, ella me contó que estaba feliz porque se iba a casar con el hombre de sus sueños.

Unos años después, me la encontré de nuevo, y me contó que se estaba divorciando. Una de las razones que me dio, fue que él no era creyente, y por eso, las cosas no estaban funcionando. Yo le pregunté que ¿por qué se había casado con un incrédulo, si la Palabra de Dios lo prohíbe?

Ella me dijo que le había orado a Dios, varias veces, para que le confirmara si debía casarse con él, o no. Y como todo le estaba yendo tan bien con su novio, ella supuso que Dios le

estaba dando Su visto bueno.” Pero, Tina,” le dije, “Dios nunca se repite. Lo que Él dice, ¡ESO ES! Si lo escribió en Su Palabra es para que lo obedezcamos.”

2 de Corintios 6:14 dice “No se unan con los incrédulos en un yugo desigual. Pues ¿qué tiene en común la justicia con la injusticia? ¿O qué relación puede haber entre la luz y las tinieblas?

“Tina,” le dije, “Dios nos habla a través de Su Palabra, y Él te dijo que no te casaras con un incrédulo. Pero tú quisiste casarte, igual. Debiste haberlo obedecido. Y ahora estás pagando las consecuencias de tu desobediencia.”

Cuando nos damos cuenta de cuanto necesitamos acercarnos al Padre, Y REGRESAMOS A Él, Él nos da el encuentro. Así lo hizo con mi amiga Tina, cuando ésta se arrepintió… y así lo hizo, el padre del hijo prodigo… cuando salió corriendo de la casa para darle la bienvenida a su hijo.

Acercarte a Dios requiere que hagas dos cosas. Primero, tienes que limpiar tus manos…

Limpiar tu manera de vivir. Si has estado involucrada en el pecado, tienes que renunciar a él. O si has hecho algo para ofender o herir a otra persona, tienes que arreglar la situación con ella. Y segundo, tienes que purificar tu corazón.

Por eso el Salmo 51:10 dice, “Dios mío, ¡crea en mí un corazón limpio! ¡Renueva en mí un espíritu de rectitud!

Asegúrate de que tus actitudes, tus pensamientos, y tus motivaciones sean rectas ante los ojos de Dios, y que estén de acuerdo con Su Palabra.

Nota las cosas que a Dios le gustan: la fe, la humildad, nuestro deseo de estar con Él, la honestidad y la autenticidad, la obediencia de corazón, y muchas otras buenas actitudes, que las podemos encontrar en las Escrituras.

¿Por qué es que algunas cristianas parecen caminar con Dios, mucho más profundamente, que otras? ¿Por qué es que algunas han tenido ministerios de oración, tan poderosos, que han podido cambiar el rumbo de naciones?

¿Por qué es que Dios ha escogido ungir las palabras de algunos, para que, cuando hablen u oren, o prediquen, sea obvio que sus palabras han sido consagradas por Dios? Es porque estas personas se han dedicado a buscar a Dios, y es por eso, que Su Presencia se ha vuelto mucho más real y verdadera, en sus vidas.

Ellas han decidido no conformarse, con nada menos, que no sea una relación vibrante y emotiva con Dios. Y EL HA HONRADO SU DESEO. ¿Te sientes satisfecha con la relación, que tienes con Dios? ¿O quieres más de Él?

No te contentes con una relación distante -- rota por el pecado, y vacía del poder del Espíritu Santo. Si Dios parece alejado, has lo que sea necesario para limpiar tus manos, purificar tu corazón… y acercarte a Él.

Y YA PARA TERMINAR ¿Si la envida es tu problema? Pregúntate: (1) Cuando alguien en el trabajo recibe un elogio o una promoción, para la cual tú también estás calificada, ¿cómo respondes? (2) Cuando alguien en la iglesia obtiene reconocimiento por sus logros, ¿cómo reaccionas?

OREMOSLE AL SEÑOR

Padre, perdónanos por ser pleitistas, y por querer siempre salirnos con la nuestra. Somos capaces de herir y pisotear a otros con nuestra ira, celos y crueldad. Por eso Tu Palabra nos dice, que en vez de guerras y pleitos, que oremos para obtener lo que queremos.

Señor, gracias por el privilegio de ser Tus amigas. Gracias por compartir Tus grandes verdades con nosotras. Gracias que nos amas, y te deleitas en darnos lo que te pedimos, siempre y cuando, sea tu voluntad. Queremos permanecer siempre en Jesús, y Su Palabra.

Padre, queremos acercarnos a Ti, para que Tú te acerques a nosotras. Queremos tener una relación vibrante y apasionada Contigo. Queremos que el poder de tu Espíritu Santo nos llene completamente, para que nuestra oración y nuestro ministerio no carezcan de fuerza, sino más bien, que estén llenos de vida y poder. En el nombre de Jesús, Amén.