Muchas veces en nuestras vidas, somos abandonadas, lastimadas, pisoteadas, y hasta despreciadas por las decisiones que tomamos, y por las circunstancias que se nos presentan. Nos sentimos que no tenemos valor.

Pero no importa lo que hayas pasado en tu vida, o lo que vayas a pasar, tú nunca pierdes tu valor ante los ojos de Dios. Sucia o limpia, lastimada o ligeramente magullada, ¡TU ERES INVALORABLE PARA EL!

EMPECEMOS EN ORACION

Padre, cómo nos emociona saber, que Tú, el Dios del universo, nos consideras invalorables. Que podemos regocijarnos, sabiendo que nos amas incondicionalmente. Señor, abre nuestros ojos y oídos espirituales para escuchar Tu voz… para sentir tu Presencia.

Revélate, Señor. Toca nuestros corazones con Tu Palabra. Derrama tu Espíritu Santo en este lugar. Transfórmanos a Tu imagen. Queremos ser mujeres conforme a tu corazón. Señor, te damos toda nuestra atención hoy día. Tú te lo mereces. ¡Eres digno! Padre, háblanos. Tus hijas te escuchan. En el Nombre de Jesús, Amén.

El título de este mensaje es “EL AMOR LO CAMBIA TODO.” Y este pasaje está dividido en DOS DE LAS CARACTERISTICAS DEL FRUTO DEL ESPIRITU: (I) El Amor (II) El Gozo

ASI QUE COMENCEMOS CON LA PRIMERA CARACTERISTICA…

I. EL AMOR (Gálatas 5:22)

“El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, y templanza.”

Noten que tanto el sustantivo “fruto” como el verbo “es” son singulares, indicando que Pablo NO NOS ESTÁ DANDO una lista de nueve frutos del Espíritu.

ES UN SOLO FRUTO con varias características o virtudes. Y él comienza, naturalmente, con la virtud más característica, y la que mejor describe el fruto del Espíritu: El Amor.

¿Cuánta gente, con quien trabajas o con quien vives, exhibe estas cualidades? ¿Cuánta gente, con quien trabajas, o con quien vives, diría que esas cualidades te describen a ti? Lo triste del caso, es que, muchas veces, en vez de amar a otros, no demostramos amor, somos más bien, frías e indiferentes.

En vez de vivir con gozo, vivimos vidas derrotadas, deprimidas, y desalentadas. En vez de sentir paz, nos sentimos tensas y presionadas. En vez de ser pacientes, andamos frustradas e irritadas. En vez de modelar la bondad, muchas veces, sentimos que no hay nada bueno en nosotras. En vez de ser fieles, descuidamos nuestros compromisos.

Y es muy probable, que les contestemos a otros “DE MALA GANA”, QUE CON AMABILIDAD.Y en vez de practicar autocontrol o templanza, nuestras vidas se están cayendo a pedazos. Esta es la diferencia, entre dejar que el poder de Dios obre en tu vida, y el de confiar en tu propio esfuerzo.

Jesús dice en Juan 15:5, “Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en Mí, como Yo en él, dará mucho fruto; separados de Mí no pueden hacer nada.”

Hay gente que le encantaría producir fruto separada de la vid. “Si me porto bien, yo voy a dar fruto. Si voy a la iglesia, yo voy a dar fruto. Si sirvo a los demás, yo voy a dar fruto.”

El hecho es que Jesús dice, que separadas de Él, no podemos hacer nada. Solo cuando permanecemos en Jesús, es que el Espíritu Santo comienza a formar el fruto en nosotras – de forma natural.

“Yo soy la vid y ustedes son las ramas.” Que cosa tan simple es ser una rama – la rama de un árbol, o la rama de la vid. LA RAMA CRECE DE LA VID -- Y VIVE AHÍ -- Y DA FRUTO.

No tiene ninguna responsabilidad excepto la de recibir la savia y el alimento de la raíz y el tallo. Si solo nos diéramos cuenta, que nuestra relación con Jesús, por medio del Espíritu Santo, ¡ES ASI!

No solo daremos el fruto del Espíritu, sino que en vez de estar cansadas y exhaustas, haciendo la obra del Señor, nuestro trabajo será una EXPERIENCIA NUEVA, uniéndonos a Jesús, como ninguna otra cosa puede hacerlo.

Yo sé, que cuando tengo que preparar una enseñanza , ya sea, para una conferencia o para la radio, toda la responsabilidad del trabajo es de Jesús. Yo tengo que hacer mi parte, pero la obra es Suya.

Cristo quiere que el verdadero cimiento de todo nuestro trabajo sea esta simple y bendita consciencia: De que Cristo se ocupará de todo. Si queremos dar fruto, así como la rama permanece en la vid, así nosotros, debemos que permanecer en Cristo. ******************************************************************************************

Pregunta… ¿Por qué es que la primera característica del fruto del Espíritu es el amor? Porque Dios es amor. El amor es la gran necesidad de la humanidad. Es lo que la redención de Cristo vino a hacer: a restaurar el amor a este mundo.

Cuando el hombre pecó, ¡EL EGOISMO TRIUNFÓ! El hombre buscó al “yo” en vez de buscar a Dios. ¿Y cuál fue el resultado? INMEDIATAMENTE Adán acusó a Eva – ¡QUE ERA ELLA! quien lo había llevado por el mal camino.

¡El amor a Dios se había ido! ¡El amor al hombre, se había perdido! De los dos hijos de Adán y Eva, uno de ellos, Caín, se convertiría en el asesino de su hermano Abel. ¿NO NOS DEMUESTRA ESTO, que el pecado le robó el amor al mundo?

1 de Juan 4:16 dice, “Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. DIOS ES AMOR; y él que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.”

¡Y JESUS VINO A DEMOSTRAR ESTA VERDAD! El exhibió amor como bebé, como niño, como adolescente, y como hombre. El manifestó amor en la casa, en el colegio, en el recreo, en la sinagoga, y en su trabajo de carpintero.

Jesús reveló Su amor, mientras viajaba por las carreteras… cuando estaba en el mar… y cuando estaba en el templo. El siempre demostró esta gran verdad de Dios: Dios es amor. El exhibió amor con cada aliento, que tomó. Nunca hubo una carretera muy larga, ni muy áspera.

Nunca una súplica muy tenue, nunca un caso muy duro, nunca un sollozo muy tarde, y nunca un día muy largo para Su amor.

Jesús nos dice en Mateo 22:37-40, “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y más importante mandamiento. 39 Y el segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Y en Juan 13:34 Jesús le dice a Sus discípulos, “Un mandamiento nuevo les doy: Que se amen unos a otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes unos a otros.” ¡Y NO SOLO ESO!

Jesús demanda CASI LO IMPOSIBLE de nosotrasen Mateo 5:44… “Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen.” Jesús amó a Herodes, a Anás, a Caifás, y hasta a Poncio Pilato. Él los amó lo suficiente para morir por ellos.

Él amó a Pedro, AUN DESPUÉS DE LAS MALDICIONES QUE DIJO, de los juramentos… ¡y hasta después de que lo negó! Él amó a Judas, aun cuando planeaba traicionarlo con un beso en Su mejilla.

Él amó al hombre que le tiró un puñetazo en la cara, y al hombre que lo coronó con espinas, al hombre que le hirió la cabeza con una caña, y al hombre que le dejó la espalda marcada por los latigazos. Él amó al soldado que puso la pesada cruz sobre su lacerada espalda, y le ordenó a que siguiera caminando.

Él amó al hombre que lo clavó a esa cruz. Él amó a los hombres que se burlaron de El mientras moría. Y a pesar de todo eso, ¿qué es lo que Jesús le pide a Su Padre en Lucas 23:34? “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.” ¡Eso es verdadero amor!

Por eso el amor tiene un nombre. Se llama ¡JESUS! Y Él te ama. Él te cuida. Él sangró por ti. El murió por ti. Jesús te enseña a amar. A compartir… a ser compasiva. ¡Él te enseña a ser como El!

María, una señora portorriqueña, después de entregarle su vida a Cristo en una iglesia americana, fue donde el pastor con una petición urgente. No hablaba una palabra de inglés, así que le dijo, a través de un intérprete, “Por favor, pastor, yo quiero hacer algo por Dios.” “No sé qué podrías hacer”, le contestó el pastor.

“Por favor, déjeme hacer algo,” le dijo María. “Bueno”, le dijo él. “Te voy a poner en el ómnibus de la escuela dominical. Toma un ómnibus diferente cada semana, y simplemente, demuéstrale cariño a los chiquitos.

Así que cada semana, María tomaba un bus diferente. El colegio tenía cincuenta ómnibus. Ella feliz les demostraba amor a los niños.

María siempre buscaba al chiquito más mugroso del ómnibus, lo sentaba en sus faldas, y le susurraba al o ído, una y otra vez , las únicas palabras que había aprendido en inglés, “I love you. Jesus loves you. Te amo. Jesús te ama”.

Después de varios meses, María se encariñó tanto con un chiquito, en particular, que le dijo al pastor, “Ya no quiero cambiar de ómnibus. Me quiero quedar en éste.”

El chiquito no hablaba. Él iba a la escuela dominical todas las semanas, y cuando se subía al ómnibus, se sentaba en las faldas de María, pero nunca hacía ningún sonido. Cada semana, ella durante todo el camino al colegio, y durante todo el viaje de regreso a casa, le susurraba al oído “Te amo, y Jesús te ama.”

Un día, para su sorpresa, el chiquito se volteó, y tartamudeando, le dijo, “Yo… yo te amo, también”. Entonces, puso sus bracitos alrededor del cuello de María, y le dio un gran abrazo.

Eso fue un domingo a las 2 de la tarde. A las 6:30 esa misma tarde, el chiquito fue encontrado muerto en una bolsa de basura. Su mamá lo había golpeado hasta matarlo, y había botado su cuerpecito a la basura. “Te amo, y Jesús te ama”.

Esas fueron algunas de las últimas palabras que el chiquito escuchó en su corta vida – de los labios de una mujer portorriqueña, que con las justas hablaba inglés.

¿Quién de nosotras está calificada para ministrar? ¿Quién de nosotras siquiera sabe qué hacer? No tú. No, yo. Pero cuando yo me entregué a Cristo,en una iglesia como esta, y recibí el ardor de Su amor, simplemente, fui a servir a otros. Y lo mismo hizo esta mujer que no podía ni siquiera hablar el idioma. ¡Y tú también puedes hacerlo!

En 1 de Corintios 13:4, Pablo describe el verdadero amor… “4 El amor es paciente y bondadoso; no es envidioso ni jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada impropio; no es egoísta ni se irrita; no es rencoroso.

6 no se alegra de la injusticia, sino que se une a la alegría de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 8 El amor jamás dejará de existir.

Algunas de ustedes están tan deseosas de esa clase de amor… un amor que jamás dejará de existir.

A lo mejor te dejaron sola en un hospital… te dejaron sola al pie del altar… te dejaron sola en una cama vacía… te dejaron sola con el corazón destrozado. Te dejaron con la pregunta: “¿No hay nadie que me quiera?”

Escucha la respuesta del cielo. Dios te ama. ¡SI! ¡A ti! Personalmente y apasionadamente. Otros te hicieron promesas, pero no cumplieron. Lo que Dios prometió, Él lo ha cumplido. ¡Él te ama con un amor que nunca dejará de existir!

El amor no tiene límites. ¡El amor asume lo mejor! El amor nunca dice, “¡Ya esto es el colmo! Has ido demasiado lejos. ¡Ya no te quiero!” ¡NO! Todo lo sufres, todo lo crees, todo lo esperas, todo lo soportas significa que “TODO” está incluido.

Un amor, como el de Cristo, no le deja a una persona la menor duda, de que tú seguirás queriéndola incondicionalmente, a pesar de todo. Aquellas personas cerca ti, ¿saben que ellas pueden fracasar, y hasta hacer cosas tontas, y aun así, tu amor por ellas no disminuirá?

¿Tienen otros la seguridad, que aun cuando te hieran, todavía los querrás?¿sin guardarles ningún rencor? El amor asume lo mejor de otros. Si alguien te ofende, sin querer, ¿decides creer que NO LO HIZO a propósito?

¿Si alguien trata de hacerte daño, “¿todo lo sufres?” ¿Perdonando incondicionalmente? Si alguien te anda provocando todo el tiempo “¿todo lo soportas?” ¿Les das a otros el mismo amor incondicional, que Cristo te da a ti?

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Juan Tamarizo, de 16 años, era un excelente alumno de secundaria. Él era muy unido a su mamá, a su papá que estaba en silla de ruedas, y a su hermanito menor. Juan era un nadador de primera, y le encantaba bucear.

Un martes por la mañana, Juan salió de su casa para explorar un manantial de agua, que quedaba cerca de su casa, y que tenía una cueva subterránea. Su plan era de regresar a casa a tiempo para celebrar el cumpleaños de su mamá.

Pero Juan se perdió en la cueva subterránea. Y en su pánico, se atascó en uno de los recovecos angostos de la cueva. Cuando se dio cuenta de que estaba atrapado, y que no podía hacer nada para zafarse, se quitó inmediatamente el tanque de aire, y sacó su cuchillo de buzo.

Usando el tanque como tableta y el cuchillo como lapicero, Juan escribió un último mensaje a su familia: TE AMO MAMI, PAPI, Y PEDRITO. Entonces, su tanque se quedó sin aire, y Juan se ahogó. El mensaje de un moribundo – comunicado en los últimos segundos de su vida – es algo que no podemos ignorar.

Las palabras finales de Dios “a nosotras”, están grabadas en una cruz romana. Están escritas en sangre. Claman por ser escuchadas. Te dicen, “TE AMO.”

¡DIOS ES AMOR!. La verdad más grande de las Escrituras es esa. ENTENDER ESTO EN TODA SU MAGNITUD te permitirá gozar de todo lo que es tuyo, como cristiana. Pero tienes que aceptar que Dios te ama. Si creciste sintiendo el amor incondicional de tu familia, TE SERÁ FÁCIL HACERLO.

PERO, si durante tu niñez te faltó amor , ESTA VERDAD PUEDE SER BIEN DIFÍCIL DE ACEPTAR. DIOS TE AMA, no porque te mereces Su amor, sino porque Su naturaleza es amor. De la única forma que Dios se puede relacionar contigo, es por medio del amor.

Cuando yo era chica, mi papá y yo teníamos la relación más bella, que padre e hija, puedan tener. Él siempre había querido tener una hija con ojos azules. ¡Y la tuvo! ¡Me tuvo a mí!

Yo recuerdo, especialmente, nuestros sábados por la tarde juntos, cuando yo estaba sentaba en el suelo jugando “jacks” junto a la cama de mi papá. Mientras él descansaba, le encantaba verme jugar... y teníamos las conversaciones más dulces... Mi vida era realmente maravillosa.”

¡Pero algo inesperado sucedió! Tres días después de que yo cumpliera once años, mi papá falleció a los 42 años de edad. Murió del riñón a consecuencia de una diabetes. Quedé desolada. ¡Había perdido a mi héroe... a mi amigo... a mi papá!

A pesar de que han pasado muchos años, todavía lo extraño.

Muchas veces pienso, “Que pena que mi papi no pudo estar conmigo en mi graduación... que se perdió mi boda... que no estuvo cuando mis hijos nacieron... ni cuando mis nietos nacieron...

PAUSA

Hace un año, estaba de visita en casa de una amiga, y comenzamos a conversar acerca de nuestros papás. “Mi papá, me dijo ella, nunca me quiso. A pesar de que siempre anhelé su amor, él nunca me lo dio.”

Pero a fin de cuentas, siento que estoy en mejor situación que tú, Carmen. Como yo nunca sentí el amor de mi papá, realmente no sé cómo se siente perderlo. No puedes perder lo que nunca has tenido. No puedes extrañar lo que nunca has sentido.”

Carmen, tú tuviste un papá maravilloso. Eras la niña de sus ojos... él te adoraba.

Pero lo perdiste cuando eras solo una niña.” Yo le dije, “No cambiaría nada por todo el oro del mundo. Prefiero haber sentido este tipo de cariño, y haberlo perdido, que no haberlo sentido nunca.”

Mi papá me modeló, con su ejemplo, el amor de mi Padre celestial. Así que hace diecisiete años, cuando acepté a Cristo en mi vida, pude aceptar el amor de mi Padre Celestial de una manera maravillosa, porque el amor de mi Padre Celestial lo vi reflejado, años antes, en mi padre terrenal.

Hay algo, que cada una de nosotras, tenemos en común: Todas tenemos... o hemos tenido, un papá. Tal vez tengas un papá amoroso, como lo fue el mío. Capaz tengas un papá distante, poco cariñoso... duro; o capaz, tu papá te abandonó en algún momento de tu vida, o te descuidó, o te maltrató, o hasta abusó de ti.

Cuando la vida duele, cuando sientes que nadie te quiere, y cuando tus sueños se desvanecen, quiero que sepas que tienes un Padre en el cielo que te ama. Que te ama apasionadamente.

Te ama tanto que mandó a Su único Hijo para que muriera por ti. Jesús pagó la deuda que tú no podías pagar. El pagó una deuda que Él no debía. ¡Lo hizo por amor! Para que tú pudieras ser hija de Dios, y gozar de El para siempre. Dios quiere estar contigo... nunca te abandonará. Y puedes estar tranquila que El cumplirá Sus promesas.

Si tú no puedes aceptar el hecho de que Dios te ama, te sentirás disminuida en tu relación con El. Cuando Él te discipline,no recibirás esa disciplina como una expresión de Su amor; sino más bien, te resentirás con El.Cuando Dios te diga ¡NO! a algo, PORQUE EL SABE QUE NO ES BUENO PARA TI, DEDUCIRÁS, que a Él, tú no le importas.

Sin un entendimiento y una aceptación clara del amor de Dios POR TI, te sentirás insegura con lo que Él quiere hacer en tu vida. Sin embargo, cuando aceptas el amor de Dios, no solo podrás corresponder a Su amor, sino que también podrás corresponder al amor de otros.

¡DIOS ES AMOR! La que vive en amor, VIVE EN DIOS, y DIOS EN ELLA. No hay vuelta que darle. La vida cristiana es una vida amorosa. Una vida fría e indiferente, no es una vida cristiana. ¡Ama como Dios ama! DEJA QUE SEA EL AMOR, lo que te defina.

Un muchacho había sido condenado a muerte por un jurado. El odiaba a todo el mundo, ¡hasta a su mamá! La mamá se le acercó al juez y le suplicó por su hijo.

Pero el juez no podía hacer nada. Así que le dijo, ¿Por qué no lo dejas solo? No se puede hacer nada. Además, él no te quiere.” “Yo sé.” dijo la mamá, “pero yo lo quiero a él.”

¡Así que! Ya vimos, que la característica más importante del Fruto del Espíritu es el Amor. Ahora vayamos a nuestra 2nda característica…

II. EL GOZO (Gálatas 5:22)

“El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, y templanza .”

SI HAY ALGO QUE DEBIERA CARACTERIZAR LA VIDA DE LA CRISTIANA, ¡ES EL GOZO! En Juan 15:11, Jesús les dice a Sus discípulos, “Estas cosas les he hablado, para que Mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo.”

¡Jesús estaba a punto de ser crucificado! ¡Y Él lo sabía! Él sabía la terrible experiencia que lo esperaba al día siguiente. El sería burlado, azotado, insultado, humillado, y crucificado. Y con todo lo que iba a sufrir, podríamos haber dicho, “¿De qué gozo estaba hablando Jesús?”

Hebreos 12:2 nos dice, “Que por el gozo que lo esperaba…” Su gozo era la redención del hombre. Su gozo era tener poder y suficiencia para decirte, “Te perdono tus pecados. Entra al gozo de tu Señor.”

No te niegues a ti misma LO QUE ES TU DERECHO… LO QUE ES TU HERENCIA… COMO HIJA DE DIOS. No te contentes con una vida SIN ALEGRÍA. En la vida de cada cristiana debería haber una plenitud profunda del gozo de Cristo, que ninguna circunstancia de la vida puede apagar.

Esto viene cuando dejas que el Espíritu Santo SE EXPRESE A SÍ MISMO EN TU VIDA. El gozo es el fruto del Espíritu Santo. Este gozo es distinto a cualquier felicidad producida por el mundo. ¡El gozo llena e impregna todo los que haces!

Jesús no oró para que tú fueras simplemente feliz, o para que te pudieras quitar los problemas de encima. El oró para que tú pudieras tener el mismo gozo, que el Padre le había dado a Él: un gozo divino, un gozo que viene de una relación profunda e inquebrantable con el Padre.

ES UN GOZO QUE ESTÁ TAN FIRMEMENTE CONECTADO a una relación con Dios, que ningún cambio de circunstancias, puede alterarlo jamás. Esta es la clase de gozo, que Cristo está orando, para que tú y yo tengamos.

El gozo de la cristiana es dejar QUE CRISTO VIVA SU VIDA a través tuyo PARA QUE PUEDAS VOLVERTE COMO ÉL. La intención de Jesús es que cada cristiana tenga gozo. Entonces ¿por qué es que muchas de nosotras estamos luchando por tenerlo? ¿Qué circunstancias, o pensamientos estamos permitiendo, que nos roban del gozo que deberíamos tener?

Dejamos que las preocupaciones de la vida nos consuman, y que nos roben de nuestra alegría. Permitimos que nuestras relaciones rotas nos priven del contentamiento de espíritu que solo viene cuando tenemos verdadero gozo. ¡Hasta vivimos obsesionadas por el daño que otros nos han hecho!

Estamos tan absortas con el pasado, y tan preocupadas por el futuro, que nos perdemosel gozo presente”, que Jesús nos ofrece. Entonces ¿cuál es Su remedio? Cuando Jesús les hablaba a Sus discípulos DEL GOZO, les estaba diciendo que permanecieran en Su amor – por medio de la obediencia.

Y luego, que se amaran unos a otros, como Él los había amado. ¡Y esta no era una sugerencia! ¡ERA UNA ORDEN!

Si no tenemos GOZO en nuestras vidas, ¿No será, tal vez, que nos hemos olvidado de la RIQUEZA del amor de Cristo? ¿O QUE NO ESTAMOS AMANDO A OTROS, con el mismo amor, con que Jesús los ama?

A veces pensamos, QUE PARA TENER GOZO, nuestras circunstancias tienen que cambiar. O que ALGOtiene que curar nuestras heridas pasadas... Así que nos enfocamos en las circunstancias, en las heridas, o en cualquier otra cosa, QUE NOSOTRAS PENSAMOS, son la causa de nuestro descontento.

Mientras tanto, lo que Jesús NOS ESTÁ PIDIENDO es que miremos “muy por encima de la superficie” DE NUESTRA FALTA DE GOZO, y nos concentremos en el AMOR. Entonces, las circunstancias, las heridas,y todas las otras causas del descontento que tenemos, cambiarán, ¡EL GOZO LOS VENCERÁ! Y NUESTRO GOZO SERÁ COMPLETO.

En Filipenses 4:11-12 Pablo dice, “He aprendido a estar contento en cualquier situación. 12 Sé vivir con limitaciones, y también sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar satisfecho como para tener hambre, lo mismo para tener abundancia que para sufrir necesidad.”

A veces fomentamos nuestro propio descontento jugando al juego de “Ay, Si solo”. “Si solo no tuviéramos que mudarnos…” “Si solo viviera cerca de mis padres…” “Si solo tuviera una casa más grande, entonces no andaría siempre de mal genio…” “Si solo fuera casada, entonces no andaría mirando todas estas revistas.”

“Si solo no estuviera casada, entonces podría donar a la iglesia.” “SI SOLO”… “SI SOLO”… Nos engañamos al pensar que seríamos más felices si nuestras circunstancias fueran diferentes. La verdad,es que SI NO ESTAMOS CONTENTAS en nuestra situación actual, es muy probable, que tampoco estemos contentas en otras circunstancias.

EL GOZO viene cuando nos enfocamos en el amor y la fidelidad de Dios. El estará con nosotras, pase lo que pase. ¡TÚ PUEDES ESCOGER EL CAMINO DEL CONTENTAMIENTO! Escoge confiar en Dios y encontrarás GOZO Y PAZ.

Jesús le oró al Padre en Juan 17:13, “Pero voy a Ti; y hablo de esto en el mundo, para que mi gozo se cumpla en ellos mismos.”

Lo último que Jesús hizo en el Aposento Alto, ante el dolor agonizante que lo esperaba en Getsemaní, ¡FUE CANTAR! ¡FUE ALABAR A DIOS!

Filipenses 4:4 dice: “Regocíjense en el Señor siempre. Y otra vez les digo, ¡regocíjense! Nadie tenía mayor razón para llorar y lamentarse en sus circunstancias, que Pablo y Silas en esa cárcel filipense.

Ellos habían sido arrestados, desnudados, y azotados. Sus espaldas sangraban… Su calabozo era oscuro y húmedo, y sus cadenas les irritaban las muñecas. Los otros presos eran criminales de lo peor, que no hacían otra cosa que quejarse y decir lisuras. Ellos mismos tenían hambre y sed, y probablemente, hasta tendrían miedo.

Afuera , en la calle, a los enemigos de Pablo y Silas les hubiera encantado presentar más cargoscontra ellos. En su humanidad, Pablo y Silas podían haber estado preocupados, ansiosos, y hasta resentidos . ¡PERO NO! ¡Ellos estaban cantando alabanzas al Señor! ¡PORQUE EL GOZO ES CONOCER A JESUS!

Mientras que ellos oraban y cantaban… los cimientos de la cárcel comenzaron a retumbar. ¡ERA UN TERREMOTO! Sus cadenas cayeron, las puertas se abrieron, y los otros prisioneros se quedaron paralizados… muertos de pánico. ¿Increíble, no? Que la oración y los cantos de alabanza pudieran abrir puertas – ¡pero lo hacen!

Pero, ¿cómo podía Pablo sentir GOZO estando encerrado en una celda? ¿Y cómo puedes tú sentir GOZO… en tu familia llena de conflictos y problemas, o en tu salud tan delicada, o en tu situación tan desesperada?

Tú te puedes regocijar en el Señor en todo momento, y en toda situación, PORQUE ÉL ES QUIEN DICE SER. Si tienes a Dios, tú tienes UN GOZO, que no puede ser disminuido por nada ni por nadie. No es un GOZO superficial. Es un gozo firme y profundo.

Tú te puedes regocijar en el dolor… y en la pobreza… y en los problemas. El VERDADERO GOZO TE PERTENECE, si estás en Cristo.

¿Necesitas que se te abran puertas? ¡PRUEBA ORAR! ¡PRUEBA A CANTAR! ¡VAN JUNTOS! ¡Obran maravillas! ¡ESO ES GOZO! ¡Con razón el carcelero, su esposa, y toda su casa se entregaron a Cristo esa noche!

Lo que el carcelero vio en Pablo y Silas FUE MAS SOBRENATURAL ¡que el terremoto mismo! Lo que él vio,en Pablo y Silas, fue el fruto del Espíritu. ¡EL GOZO! EL GOZO es lo que llevó a los mártires cantando a morir en la hoguera. Un cristiano amargo ¡es una contradicción!

La única forma de mantener las CAMPANAS DEL GOZO repicando en tu alma es de permanecer en Cristo, de caminar en el Espíritu, y de recibir la plenitud de Dios. “GOZO es saber que Dios te ama incondicionalmente.”

Cuando yo le entregué mi vida a Cristo hace 17 años, ¡Yo estaba muy emocionada! Pero en menos de un mes, mi mundo se comenzó a desmoronar. Perdí mi negocio… mi estabilidad económica… y todas las cosas que eran importantes para mí.

En ese tiempo, yo pensaba que mi carrera, mi educación, mi dinero, mi éxito, y mi prestigio eran las cosas que me definían. Las que me daban valor. Y en medio de mis lágrimas y dolor, hubiera sido tan fácil alejarme de Jesús. Sin embargo, yo quería estar con mi Salvador.

No quería renunciar a esa pasión… a ese amor… A ESE GOZO… que había encontrado en Cristo. ¡Me di cuenta que mi valor estaba en El! ¡Que nada se compara a Él! Me aferré a Su promesa de que Él nunca me dejaría ni me abandonaría.

¡Y Él cumplió Su promesa! ¿Tienes el GOZO del Señor? Nehemías 8:10 dice “El GOZO del Señor es nuestra fuerza.”

Y YA PARA TERMINAR…

¿Se acuerdan que al principio hablamos de la importancia de dar fruto? ¿Que sin Jesús no podemos hacer nada? Pues bien, ¿cuál es el secreto de dar ese fruto?

¡ES DE PERMANECER EN JESUS! ¿Y cuál es el secreto de permanecer? ¡ES EL DE ORAR! Las oraciones contestadas son una prueba de un corazón, que permanece en Cristo. Si tus oraciones no están siendo contestadas, tal vez signifique, que no estás en armonía con el corazón de Dios.

SI PERMANECES EN ÉL, TÚ PODRÁS CONOCER EL CORAZÓN, LA ESENCIA Y EL CARÁCTER DE JESÚS. Y por lo tanto, tus oraciones estarán de acuerdo con Sus deseos. ¡PERO PERMANECER ES TAMBIEN OBEDECER!

Jesús dice en Juan 15:10, “Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en Mi amor.” Entonces ¿Y cuál es el secreto de obedecer? ES EL AMOR.

En nuestra relación con Cristo, EL AMOR ES TODO – El amor de Cristo por nosotras, NUESTRO AMOR POR EL,y ese amor es demostrado por nuestro amor por otros. ¿Y cuál es el secreto de amar? ES CONOCER. Cuánto más conozcas a Jesús, más impresionada estarás con Él.

Y SI LA CLAVE DE AMAR ES CONOCER, ¿cómo podemos conocer a Dios? ¡Ustedes ya saben la respuesta! Conocer a Jesús ES ASIMILAR SU PALABRA, tal como lo están haciendo ustedes, en este mismo momento a través de esta grabación. Esto prueba que saben perfectamente lo que tienen que hacer PARA CONOCER AL SEÑOR.

Cultivar la Presencia de Dios es vital. JESÚS VALORA NUESTRO AFECTO, MUCHO MÁS, QUE NUESTRAS OBRAS. Por lo tanto, busca Su Presencia… búscalo fervientemente, apasionadamente, e incansablemente.

OREMOSLE AL SEÑOR

Padre, queremos más de Ti. Queremos más de tu Espíritu. Queremos permanecer en Cristo y dar fruto. Padre, gracias, que a pesar de lo que haya pasado en nuestras vidas, o de lo que vaya a pasar, nosotras nunca perderemos nuestro valor ante Tus ojos .

Sucias o limpias, lastimadas o ligeramente magulladas, ¡SOMOS INVALORABLES PARA TI…. Tú nos amas, Padre, con un amor infinito. Con un amor que nunca dejará de existir. Gracias por darnos el mismo gozo divino que le has dado a Tu Hijo. Queremos regocijarnos en Ti siempre. En el nombre de Jesús. Amen.