¿Alguna vez has leído la HISTORIA DE NAVIDAD, según Jesucristo? No me refiero a la historia de Navidad según Lucas, la cual conocemos muy bien, o la de Mateo, que también conocemos, o hasta la del apóstol Juan, sino la historia de Navidad de los labios del mismísimo Jesucristo.

Si pudiéramos conocer a los grandes personajes de la historia de Navidad, e interrogarlos uno por uno, cada historia sería bellísima y emocionante. María nos contaría acerca de la aparición del ángel, del nacimiento de Jesús. De la visita de los pastores, y de los Reyes Magos.

Probablemente los primeros capítulos del Libro de Lucas relatan todas estas cosas, tal como MARÍA MISMA las contó. Si llamáramos a los pastores, ellos podrían darnos muchos más detalles, QUE NO ESTÁN EN EL RELATO BÍBLICO. Darnos una buena descripción de los ángeles, o el resultado de su testimonio a otras personas.

José también tendría su historia. Sin embargo, después de haber hecho todas estas preguntas, también quisiéramos escuchar de nuestro Señor… ¿No es cierto? ¿A dónde podemos encontrar esa historia? ¡No la tenemos en los evangelios!

¡La historia de Jesucristo está en el Antiguo Testamento! ¡En el Salmo 40! Y en el Nuevo Testamento, Hebreos 10:5-7, REPITE LAS MISMAS PALABRAS DEL SALMO 40, diciendo, “Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo: «No quieres sacrificio y ofrenda, pero me has dado un cuerpo. 6 No te agradan los holocaustos ni las expiaciones por el pecado.

7 “Mi Dios, aquí estoy para hacer tu voluntad, como está escrito de Mí en el libro. ¡ESO ES LO QUE YO LLAMO LA HISTORIA DE NAVIDAD SEGÚN JESUCRISTO!

¿Qué es lo que nuestro Señor enfatiza en estos versículos? Primero, que Él vino a este mundo con un propósito. Esto es importante, porque ESA ES UNA VERDAD exclusivamente de Jesucristo.

Esto no se puede decir de ninguna otra persona que haya venido a este mundo A HACER ALGO. Reconozco, que muchas veces, los padres tienen grandes propósitos para sus hijos. Tienen la esperanza, de que el bebé, que yace en la cuna, crecerá a hacer algo de importancia en este mundo.

Si los padres son cristianos, ellos querrán que su hijo o hija se conserve sin pecado, y que sirva a Jesucristo. Los padres tienen esas, ¡y otras aspiraciones! ¡Pero la criatura no las tiene! ¡Él o ella tiene que adquirirlas!

Es por eso, que desde la perspectiva cristiana, al niño o a la niña, se le tiene que mostrar su destino, leyéndole las páginas de la Biblia. ¡Pero Jesús era diferente! Nuestro Señor dice que Él vino ( y estaba consciente de haber venido) con un propósito específico.

Es más, Él nos dice claramente Su propósito: Mi Dios, aquí estoy para hacer Tu voluntad. ¿Cuál era esa voluntad? Dios quería que Cristo fuera nuestro Salvador. No sé por qué será, pero muchas veces, perdemos el sentido de ese propósito, cuando contamos la historia de Navidad.

Nos enfocamos mucho en el nacimiento del bebé, y en el sentimiento que va con esa historia. Por supuesto, que hay cierta cantidad de SENTIMENTALISMO LÓGICO, que va con la historia. Pero perdemos las cosas más importantes.

Realmente, la historia de Jesús es tratada EN LAS ESCRITURAS de forma muy simple.

Y EL ÉNFASIS ES SIEMPRE … en el hecho de que Jesús vino para morir. Nuestro Señor Jesucristo, el Hijo eterno de Dios, tomó forma humana, para que Él pudiera morir por nuestra salvación.

En este pasaje, el autor de Hebreos, hace una comparación… entre los sacrificios, que se llevaban a cabo en Israel (antes de la venida de Cristo), con los holocaustos y expiaciones por el pecado (que testificaban de la fe de los creyentes). Y que Dios los aceptaría – EN BASE A LA MUERTE DE UN SUBSTITUTO INOCENTE – con el maravilloso y perfecto sacrificio de Cristo.

Es en el contexto de ese contraste -- entre las cosas pasadas, y lo que ahora había llegado, que él cita el Salmo 40. El Señor Jesucristo vino a este mundo con un propósito. Y ESE PROPÓSITO FUE EL DE HACER LA VOLUNTAD DE DIOS: ¡DE SER NUESTRO SALVADOR! Nos perdemos la cosa más importante acerca de la Navidad, ¡CUANDO NO VEMOS ESTO!

Un segundo punto emerge de estos versículos. No solo que nuestro Señor vino al mundo con un sentido de propósito, sino también, sabiendo QUE ÉL ERA EL SER PERFECTO, que cumpliría ese propósito. Él era el sacrificio perfecto… ¡POR SER QUIÉN ERA! ¡POR SER DIOS!

A diferencia de cualquier otro hombre en el mundo, Jesús no solo era hombre, ¡Él también era Dios! Y por lo tanto, COMO HOMBRE, Él podía morir en la cruz. Y como Dios, SOLO ÉL PODÍA PAGAR EL PRECIO INFINITO para obtener nuestra salvación. Solo nuestro Señor Jesucristo (DIOS HIJO) podía pagar nuestra deuda ante Dios.

La tercera cosa, que vemos en el Salmo 40, es que Jesús hizo la voluntad de Su Padre con agrado… con gusto. Y en el Salmo 22 vemos lo que realmente le esperaba. Leemos la terrible descripción de Su muerte por crucifixión. Y a pesar de todo, al final del Salmo 22, el salmista presenta a Jesús… ¿haciendo qué? Alabando a Dios Padre. ¡ADORÁNDOLO!

¿PODÍA ESTAR JESÚS CONTENTO… de venir a esta tierra dejando Su gloria del cielo, poniendo de lado todos los privilegios y prerrogativas que eran Suyas, como el Hijo de eterno de Dios, PARA TOMAR LA FORMA HUMANA, y volverse como nosotros? Volverse pobre, sufrir a través de Su vida, y eventualmente, ser crucificado, y morir la muerte de un pecador… de un malvado?

¡SI! Jesús estuvo deseoso de hacerlo, porque a Él le agradó hacer la voluntad del Padre PARA LOGRAR NUESTRA SALVACIÓN. ¡Fue Su alegría traer a los hijos e hijas de Dios a la gloria eterna! Con razón los ángeles cantaban tan felices, mientras anunciaban la llegada del que sería el Salvador del mundo.

Nosotras también debemos de estar llenas de alegría, debemos de estar felices, no porque intercambiamos regalos, no porque ese es el espíritu navideño, y no porque es una bonita historia que podemos contársela a los niños, sino porque Jesucristo VINO A ESTE MUNDO, ¡PARA SER NUESTRO SALVADOR! ¡ESTA ES LA VERDADERA HISTORIA DE NAVIDAD!