“Carlos Martínez era el director de una gran empresa. Este le dijo a su secretaria que nadie lo interrumpiera porque él tenía una cita muy importante. En eso, el presidente del directorio fue a su oficina, y dijo, “Quisiera ver al Sr. Martínez”.

La secretaria le contestó, “Lo siento mucho, Señor, él no puede ser molestado. Tiene una cita muy importante”. El presidente del directorio se puso furioso. Abrió la puerta de un golpe, y vio a su director de rodillas en oración. El presidente cerró la puerta suavemente, y le preguntó a la secretaria, “¿Es esto usual”?

Ella dijo, “Si, él hace esto cada mañana”. El presidente del directorio respondió, “Con razón siempre vengo a él para pedirle consejo”.

En Efesios 1:16-18, Pablo oró: No ceso de dar gracias por ustedes al recordarlos en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él.

18 Pido también que Dios les dé la luz necesaria para que sepan cuál es la esperanza a la cual los ha llamado, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.

Esta es una de las oraciones más bellas y poderosas que Pablo oró por la iglesia del siglo I. Es una oración importante para nosotras hoy en día. Para que nosotras conozcamos a Dios íntimamente, para que nuestros corazones estén llenos de luz, y para que entendamos el brillante futuro que Dios nos promete.

Así como Pablo sabía que esta revelación no sucedería aparte del Espíritu Santo, nosotras no podemos percibir estas cosas con solo nuestro propio intelecto, porque estas son verdades espirituales, y no verdades intelectuales.

Estos versículos nos animan a pedirle al Señor que nos dé una buena percepción espiritual acerca del carácter de Dios, de la esperanza que nos ha dado para esta vida… y la vida porvenir, y el increíble poder disponible a nosotras, por medio de Su Espíritu.

Esta es una oración que debemos orarla con frecuencia, “no solo por nosotras mismas, sino también por aquellos que amas, y que quieres que anden con el Señor. A lo que oramos la Palabra de Dios, allanamos el camino para que Su voluntad y propósito se cumplan en nuestras vidas. ¡PABLO ORÓ PARA QUE LOS EFESIOS CONOCIERAN MEJOR A DIOS!

¿Cómo puedes tú conocer a alguien? ¿Leyendo su información biográfica o histórica? Hacer eso servirá “para conocer acerca de esa persona”, pero no para conocerla realmente. Si quieres conocer a una persona, debes pasar tiempo con ella. ¿No es cierto? ¡No hay otra forma de lograrlo!

Igual es con Dios. Es lindo leer la Biblia, las grandes obras de teología, o material devocional, pero nada puede sustituir “el tiempo a solas con Dios” para conocerlo personalmente. Si quieres conocer a Dios íntimamente, entonces pasa tiempo con El.

Estudia la vida de Jesús en los evangelios para que aprendas, cómo era Él, mientras vivió en la tierra hace 2000 años. Y luego pasa tiempo con Él en oración. ¡Conocer personalmente a Cristo cambiará tu vida! ¡Conocer a Dios debiera ser la meta! Dios anhela que le digamos, “Quiero conocerte, Señor, y estar Contigo”.

Si nos perdemos eso en la vida, la iglesia, la familia, o cualquier otra área de la vida, no importará. Nosotras podremos buscar celosamente las cosas de Dios… ¡SIN CONOCER A DIOS! Podemos estudiar Su Palabra, y hasta enseñarla… ¡SIN CONOCER A DIOS!

Podemos conocer todas las verdades y acciones del evangelio, sin conocer el corazón detrás de ellos. ESTO PASA TODO EL TIEMPO… ¡Y ES TRÁGICO! Cuando nos enfocamos en Dios, en vez de las cosas de Dios, nosotras podemos vivir con poder. Podemos decirle al mundo, “DIOS QUIERE CONOCERTE Y ESTAR CONTIGO”.

El mensaje es simple. También lo es el estilo de vida. Pero muchas se lo pierden. ¡Así que! ¡A como dé lugar, no te lo pierdas! ¡Esa es la razón por la cual Jesús vino! © Por otra parte, el ateo afirma que Dios no existe. El agnóstico dice, qué si hay un Dios, nosotras no podemos conocerlo. Pero Pablo tuvo un encuentro con Dios, en la Persona de Jesucristo.

Él sabía realmente que nadie puede conocer “mucho de nada”, sin el conocimiento de Dios. Esta terquedad de no querer conocer a Dios, llevó a la humanidad a la corrupción y a la condenación.

En Romanos, Pablo describe las etapas de la decadencia de la humanidad de esta manera: la obstinación de no querer conocer a Dios, lleva a la idolatría (es decir, a substituir la verdad por la mentira), y luego lleva a la inmoralidad y la indecencia.

¿Pero cómo comienza todo esto? Comienza con no querer conocer a Dios como Creador, Sustentador, Salvador, y Juez. La creyente debe de crecer en su conocimiento de Dios. ¡Conocer a Dios personalmente es la salvación! Conocerlo cada vez más es santificación. Y conocerlo perfectamente es glorificación.

18 Pido también que Dios les dé la luz necesaria para que sepan cuál es la esperanza a la cual los ha llamado, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.

El famoso editor de prensa del siglo XX, William Hearst, invirtió una fortuna comprando obras de arte valiosísimas de todas partes del mundo.

Un día, William Hearst leyó la descripción de una obra invalorable, y decidió que tenía que tenerla, a como diera lugar. Así que mandó a su agente al exterior para que la encontrara. Después de muchos meses de búsqueda, su agente le reportó que había encontrado el tesoro.

Estaba en el almacén mismo del Señor Hearst. Hearst había estado buscando desesperadamente el tesoro, que ya tenía. Si él hubiera leído el catálogo de sus tesoros, se hubiera ahorrado cualquier cantidad de dinero y problemas.

¿Te suena familiar esta historia? Muchas cristianas buscan tener una experiencia espiritual extraordinaria… algo totalmente diferente a sus vidas cristianas ordinarias. ¡Si solo supieran las riquezas de todo lo que ya poseen!

Pablo quería que los efesios cristianos entendieran la gran riqueza que tenían en Cristo Pablo conocía de su fe y amor, ¡Y SE REGOCIJABA EN ELLO! La vida cristiana tiene dos dimensiones: (1) Fe en Dios, y (2) Amor hacia la gente. Y no puedes separar el uno del otro. Pero Pablo sabía que la fe y el amor eran solo el comienzo.

Los efesios necesitaban saber mucho más. Es por eso que él oró por ellos, ¡Y POR NOSOTRAS TAMBIEN! Pablo enfatiza las riquezas de lo que tenemos en Cristo. ¡Y QUIENES SOMOS EN El! ¿Podemos comprender realmente cuan ricas somos?

Cuando algunas cristianas consideran la maravilla del amor de Dios, pero dicen, “Yo no sirvo para nada… tienen que tener cuidado con lo que dicen. ¡Están hablando de la propiedad de Dios! Mira a la cruz para que veas el valor de tu salvación. Dios sacrificó a Su Hijo para redimirte. Todas ansiamos tener corazones llenos, y ojos iluminados.

Nosotras podemos aplicar estas oraciones a nosotras mismas, o las podemos orar unas por las otras. Piensa en tu familia, o en tus amigas íntimas, por las que quisieras orar esta oración de Pablo. ¡Órala diariamente por ellas!

¿QUE LES PARECE SI LA ORAMOS JUNTAS AHORA MISMO?…

Efesios 1:16-18, No ceso de dar gracias por ustedes al recordarlos en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él.

18 Pido también que Dios les dé la luz necesaria para que sepan cuál es la esperanza a la cual los ha llamado, cuáles son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos. En el nombre de Jesús, Amén.