El Salmo 139 es una hermosa imagen de como Dios está involucrado en cada aspecto de la vida de toda persona. PIENSA EN ESTO... Tú no estás aquí por casualidad, sino por la voluntad de Dios. Su mano te formó y te hizo la persona que eres. Él no te compara con nadie – ¡tú eres única!
Nada te falta que la gracia de Dios no pueda darte. Él te ha permitido estar aquí, en esta época de la historia, para cumplir “SU PROPÓSITO EXTRAORDINARIO” para esta generación.
En este pasaje, David, el autor de este Salmo reconoce que Dios lo sabe todo, y que está en todas partes. Él es el Creador y Autor de toda vida. David sabe que todos los días de su vida fueron escritos en el libro de Dios, antes de que él naciera.
En el Salmo 139:3 David le habla a Dios, [Tú] me vigilas cuando camino y cuando descanso; ¡estás enterado de todo lo que hago!
A.W. Tozer, reconocido predicador cristiano americano, autor, y mentor espiritual escribió que Dios jamás ha tenido que aprender nada de nadie. Dios conoce instantáneamente, y sin esfuerzo, toda cuestión y todas las cuestiones, toda mente y cada mente, todo espíritu y todos los espíritus, todo ser y cada ser, toda criatura y todas las criaturas, toda ley y cada ley.
Todas las relaciones, todas las causas, todos los pensamientos, todos los misterios, todos los enigmas, todo sentimiento, todos los deseos, cada secreto, todos los tronos y dominios, todas las personalidades, todas las cosas visibles e invisibles en el cielo y la tierra, todo movimiento, espacio, tiempo, vida, muerte, bueno, malo, cielo e infierno.
Como Dios conoce todas las cosas perfectamente, no hay nada que conozca más que otra, sino que conoce todas las cosas igual de bien. Él nunca se sorprende ni se asombra de nada. Nunca se pregunta acerca de nada, ni busca información ni hace preguntas. ¡ÉL LO SABE TODO!
5 Tu presencia [Señor] me envuelve por completo; la palma de tu mano reposa sobre mí. 6Saber esto rebasa mi entendimiento; ¡es tan sublime que no alcanzo a comprenderlo!
No hay lugar que esté más allá de la presencia, la guía, y protección de Dios. Del vientre a la tumba, cada día de la vida de David era conocida por su Creador. El número de veces que Dios pensó en David, no se pueden ni contar. Dios nos conoce completamente, y nunca estamos solas en nuestra relación con Él.
El Salmo 139 examina, no solo el milagro del cuerpo humano, sino también la majestad del amor de Dios por la humanidad. El amor hace resaltar lo mejor de nuestras personalidades.
El Salmo 139, no solo muestra el amor de Dios por nosotros, sino que revela las áreas más ricas de Su carácter: 1. Dios los sabe todo. (vv1-6) Los teólogos llaman a esto la omnisciencia de Dios. Dios te conoce personalmente. Dios conoce tu nombre, tu naturaleza, tus necesidades, y hasta el número de los cabellos en tu cabeza.
Él te conoce íntimamente, incluyendo tus pensamientos y tus acciones. ¡Y Él te conoce soberanamente! A veces no dejamos que otras personas “nos conozcan a fondo” porque tenemos miedo que descubran “algo acerca de nosotros” que a ellos no les guste.
En cuanto a Dios, Él ya conoce “todo acerca de nosotros”, y nos acepta y nos ama, tal cual. Dios está con nosotros en toda situación y en toda prueba. Él nos protege y nos guía. Él nos conoce y nos ama plenamente. Dios conoce todo; todo lo pasado, todo lo actual; todos los eventos, todas las criaturas, del pasado, el presente, y el futuro.
Él está perfectamente al tanto de todos los detalles de la vida de cada ser en el cielo, en la tierra, y en el infierno. Nada se le escapa, nada está escondido de Él, no se olvida de nada. Nunca comete errores, y nunca cambia.
2.Dios está en todas partes (vv7-12). Tú no te puedes escapar de Él. Esta es una bellísima descripción de Su omnipresencia. “¿A dónde puedo ir para alejarme de Dios?” preguntó Jonás. Y no recibió respuesta alguna. Tú no puedes esconderte, ni siquiera en la oscuridad. Dios está en todas partes y en todo momento.
Una vez escuché una historia de lo más simpática. En un pequeño colegio cristiano – los niños del primer grado –estaban en la fila para almorzar. Al principio de la fila, había un azafate lleno de manzanas deliciosas.
Una de las maestras había puesto un letrero al lado de las manzanas, que decía, “Solo coge una manzana. Dios está mirando”. Al final de la cola, había un azafate con riquísimas galletas. Una alumna decidió improvisar su propio letrero, que decía, “Coge todas las galletas que quieras. Dios está cuidando las manzanas”.
9 Si levantara el vuelo hacia el sol naciente, o si habitara en los confines del mar, 10 aun allí tu mano me sostendría; ¡tu mano derecha no me soltaría!
Aceptar la gracia de Dios es aceptar la oferta de Dios de adoptarte a Su familia. Tu identidad no está en tus posesiones, talentos, o logros. Ni tampoco estás definida por tu divorcio, tus deficiencias, tus deudas o elecciones tontas. ¡Tú eres una hija de Dios! Tú lo puedes llamar “Papá” … “Papito”. Tú te puedes acercar a Dios con libertad y confianza.”
Tu recibes las bendiciones de Su gran amor y provisión. Y tú vas a heredar las riquezas de Cristo, y reinarás con Él para siempre. La adopción es horizontal, y es también vertical. Tú estás incluida en la familia para siempre. Los muros de hostilidad -- que te separaban de Dios -- serán destrozados, y una comunidad será creada en base a un Padre en común.
Si Dios te ama, es porque tú debes de ser digna de Su amor. Si Él quiere que vayas a Su reino, entonces tú debes de ser digna de ir a Su reino. La gracia de Dios te invita… te pide que cambies tu actitud acerca de ti misma, y que te unas a Dios, aun cuando tengas sentimientos de rechazo de ti misma.
La omnipresencia de Dios es una bendición “para todos aquellos” que se entreguen a Él. A lo mejor tú has tratado de correrte del Señor. ¡REGRESA A ÉL! Él está siempre listo para recibirte cuando te has alejado de Él. Cuando te estés enfrentando a algún problema o dificultad, no te escondas de la vida – ¡REFÚGIATE EN EL SEÑOR!
Él te dará las fuerzas para pelear la batalla. Vivir tu vida sin Dios… no es vivir. ¡Es solo existir! Jesús murió para que tú fueras salvada de tus pecados, y para que algún día fueras al cielo. Pero mientras estés en la tierra, Dios quiere “llevar a cabo” todo lo que Él ha planeado para ti. ¿Estás respondiendo a Su plan para tu vida?
3.Dios puede hacer todo (vv13-18). Dios es omnipotente. David dice que la maravilla más grandiosa “de todas” es el nacimiento del ser humano. La evidencia más grandiosa del poder de Dios es el nacimiento de una vida. Cuando un bebé nace, hay una promesa, hay un potencial, y hay una gran emoción.
Aunque algunos piensan que la vida de una persona, así como la intervención de Dios en ella, comienza el día de su nacimiento, queda claro que Dios está involucrado desde mucho antes del momento de su llegada al mundo. 13Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre.
Mi amiga, Carla, estaba en un hospital en Lima haciéndose tratamientos de cáncer, cuando recibió la noticia, que su hijo mayor que vive en el Cusco, acababa de tener su primer bebé. Los doctores le dijeron a Carla, que ella no podía volar al Cusco, porque eso podía crear una inflamación cerebral. Tampoco sobreviviría el viaje en carro.
Carla siempre le había tenido miedo a los aviones, pero ella realmente quería ir a ver a su nuevo nieto y al resto de la familia. En eso, el capellán del hospital entró a la habitación para visitar a Carla, y le leyó, nada menos, que el Salmo 139. ¡Con Dios no hay casualidades!
Cuando Carla escuchó el versículo 16, Con tus propios ojos viste mi embrión. Todos los días de mi vida ya estaban en tu libro; antes de que me formaras, los anotaste, y no faltó uno solo de ellos. Carla se dio cuenta que ella no tenía que preocuparse por la cantidad de días que le quedaban… porque Dios lo sabía.
Estas palabras le dieron a Carla el empuje que necesitaba para salir del hospital, gozar del vuelo al Cusco, abrazar a su nuevo nieto, y celebrar cada día que le quedaba, como un regalo de Dios, que determina todos nuestros momentos.
La experiencia de mi querida amiga Carla, me ha dado “un sentido renovado” de la soberanía de Dios, ya sea si estoy en la tierra o en el aire, en un gran jet o en un pequeño avión de hélice volando sobre los Andes. ¡RECUERDA! ¡SIEMPRE ESTARÁS SEGURA EN LAS MANOS DE DIOS!