Se cuenta que Jorge Müller, gracias a su gran fe e increíbles oraciones, pudo construir y mantener varios orfanatos en Inglaterra en el siglo diecinueve. Cuando la gente oía a Müller orar, era como si escuchara la conversación entre dos íntimos amigos.

La familiaridad de Müller con Dios, no solo se veía a través de sus oraciones, sino que su buena y dulce disposición le daba a la gente destellos del cielo. Él desbordaba tanta alegría en sus conversaciones con Dios, que el carácter y la presencia de Dios brillaban a través suyo.

La gente alrededor “tuyo” también necesita tener ese maravilloso sabor del cielo. Esto no debiera sorprendernos ya que esa gente está sumida en un mundo caído, día tras día, y muchos de ellos ni siquiera saben, que hay una promesa de algo mejor.

Mientras que muchas cristianas estamos enfocadas “en lo que Dios quiere que hagamos”, un enfoque más importante debiera ser lo que Dios “quiere que seamos”. ¿Quiere Dios que nos comportemos como aquellos alrededor nuestro, o que seamos diferentes?

¿Quiere Dios que hablemos las mismas palabras que todo el mundo habla, o que ofrezcamos palabras de esperanza?

Colosenses 3:12-14 dice, Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia.

Hace años, la red social, Twitter, creó una plataforma donde la gente de todo el mundo podía expresar sus opiniones en frases u oraciones cortas. Sin embargo, en años recientes, esta fórmula se ha vuelto más complicada.

Individuos han comenzado a aprovecharse de esto para usar a Twitter como una herramienta para regañar y sermonear “a otros” por sus actitudes y estilos de vida, que ellos no aprueban.

Por ejemplo, entra a la red un día cualquiera, y encontrarás el nombre, de por lo menos una persona, “que está de moda en ese momento”. “Has clic en ese nombre” y encontrarás a millones de personas expresando sus opiniones acerca de cualquier controversia que haya surgido.

Hemos aprendido a criticar a todos públicamente, desde las creencias que la gente tiene, a las ropas que se pone. Sin embargo, la realidad es que “esta actitud criticona y poco amorosa” no se alinea con lo que Dios nos ha llamado a ser, como creyentes de Jesús.

Si bien habrá momentos en los que tendremos que lidiar con desacuerdos, la Biblia nos recuerda qué como creyentes, debemos siempre comportarnos con misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre y de paciencia. En vez de criticar constantemente, aun a nuestros enemigos, Dios nos insta a que seamos tolerantes.

Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense de la misma forma que Cristo los perdonó. Este tratamiento no se limita a la gente, cuyos estilos de vida apruebas, y sus creencias. Aun cuando sea difícil, ofrezcamos gracia y amor a aquellas personas, con las que nos encontremos y de la forma como Cristo nos guíe, reconociendo que hemos sido redimidas por Su amor.

¿Recuerdas aquella vez cuando fuiste “bien rápida” en criticar a una amiga, o a un desconocido? ¿Cuál fue el resultado? ¿Qué podías haber hecho diferente… para honrar a Dios y a esa otra persona?

Como hijos escogidos de Dios, nosotros debemos de vestirnos con un estilo completamente diferente – uno que marca las cualidades de Cristo. Cuando reaccionamos a las irritaciones e injusticias de la vida con la gracia y la paz del Espíritu de Jesús, el mundo notará la diferencia.

13 Sean mutuamente tolerantes. Si alguno tiene una queja contra otro, perdónense de la misma manera que Cristo los perdonó. La clave para ayudarnos a perdonar a otros es de recordar lo mucho que Dios nos ha perdonado. ¿Te es difícil perdonar a alguien que te ha hecho un poco de daño, aun sabiendo que Dios te ha perdonado mucho más a ti?

Oliver Cromwell, conocido como el “Protector de Inglaterra”, era un comandante militar del siglo diecisiete. Era la costumbre en aquellos días, que la gente importante se mandara pintar un retrato de su persona. Y tampoco era raro, que el pintor tratara de disimular las partes menos atractivas de la cara de la persona.

Pero el comandante le advirtió al pintor, “Me tienes que pintar tal como soy – con todos mis defectos – o si no, no te voy a pagar”. Aparentemente el pintor cumplió. El retrato terminado del comandante mostraba un par de verrugas, que hoy en día, se hubieran retocado “rapidito” antes de ponerlas en las redes sociales.

La expresión “con todos sus defectos” significa que la gente debiera aceptar a otros -- tal como son – con todas sus faltas irritantes, y sus malas actitudes. En algunos casos, es una tarea bastante difícil. Sin embargo, cuando nos miramos introspectivamente, tal vez veamos algunos aspectos “poco atractivos” de nuestro propio carácter.

Por Su gracia, Dios nos perdona nuestros defectos. Este pasaje nos enseña a mostrarle consideración y respeto a otros. El apóstol Pablo nos alienta a ser más pacientes, bondadosos, y compasivos – aun con aquellas personas que no sean muy fáciles de querer.

Nos exhorta a tener un espíritu perdonador, ya que Dios nos ha perdonado a nosotros. Con Su ejemplo, Jesús nos enseña a amar a otros de la forma como Dios nos ama – con todos nuestros defectos.

¿Qué defectos encuentras en otros, que te parecen difíciles de aceptar, o de perdonar? ¿Cómo puedes seguir el ejemplo de Jesús por tu forma como tratas a otros?

Cuando nos demos cuenta, “realmente”, del infinito amor y perdón de Dios, eso nos ayudará a amar y a perdonar a otros. Deja que Dios se encargue de las ofensas que tú has tenido que soportar. No apagues tu vida con pleitos amargos. ¡Vive una vida de gozo y amor!

Una mujer se estaba muriendo de SIDA. Así que llamaron al pastor. El pastor trataba de consolarla, pero de nada le servía. “Estoy perdida,” decía ella. “He arruinado mi vida, y otras vidas alrededor mío. Ahora me voy a ir al infierno. No hay esperanza para mí”.

El pastor vio el retrato de una bella jovencita puesto sobre su cómoda. “Quién es esta chica tan bonita?” Preguntó el pastor. La cara de la mujer se iluminó, y dijo, “Ella es mi hija, la única cosa bella en mi vida”. El pastor le preguntó, “¿La ayudarías si ella tuviera un problema, o hubiera cometido un error? ¿La perdonarías? ¿La amarías todavía?

¡Por supuesto que lo haría! Exclamó la mujer. “¡Yo haría cualquier cosa por ella! ¿Por qué me pregunta eso?” “Porque quería que supiera que Dios tiene un retrato de usted en Su propia cómoda. Él la ama, y dio Su vida por la suya para que usted fuera perdonada”.

Vive de tal manera, que la gente que pasa tiempo contigo, sienta que ha tenido un encuentro con otro reino, con un lugar de amor, gozo, y esperanza. Satúrate de la presencia de Dios, y deja que Su amor fluya a través tuyo. Tú llamado “para que hagas algo para Dios” llegará tarde o temprano. Tu llamado “a ser la persona que debes de ser” es para hoy.

14 Y sobre todo, revístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Todas las virtudes que Pablo nos anima a desarrollar se unen perfectamente en el amor. Cuando nos revestimos de estas virtudes, la última prenda que debemos ponernos es el amor, el cual mantiene a todas las demás virtudes en su lugar.

Cuando el amor reina en nuestras vidas, este une “todas estas virtudes espirituales” para que haya belleza y armonía, reflejando una madurez espiritual. La mejor forma de volverte como Jesús es de enfrascarte en Su presencia… ¡De empaparte en Su Palabra!

Ten largas conversaciones con el Padre. Como dos amigos, “que han pasado tanto tiempo juntos que toman las características el uno del otro”, déjate influenciar por la naturaleza de Dios. ¡Deja que Su amor por ti, y por la gente, te llene hasta rebosar!