Durante el año 2016, compañías de teatro en Inglaterra, y alrededor del mundo, pusieron en escena grandes producciones para celebrar el CUATRICENTENARIO de la muerte de William Shakespeare.

Conciertos, charlas, y festivales atrajeron a montones de gente para celebrar la obra inmortal del hombre considerado como el “autor teatral” más grande del idioma inglés. Ben Johnson, uno de sus contemporáneos, escribió de Shakespeare: “Él no fue solo de una época, sino de todos los tiempos.”

Mientras que la influencia de algunos artistas, escritores, y pensadores pueda durar por siglos, Jesucristo es la única Persona, cuya vida y obra durará más allá del tiempo. Jesús afirmó de sí mismo: Este es el pan que descendió del cielo. El que come de este pan, vivirá eternamente.”

Jesús es el Hijo de Dios. Él es el Hombre que transciende el tiempo… ¡qué nos da vida eterna!

EMPECEMOS EN ORACIÓN

Padre, gracias que podemos venir a Ti, en cualquier momento. Que Tú escuchas nuestras oraciones cuando vivimos vidas puras e intachables. Gracias, Señor, que Tú nos hablas a través de tu Palabra. Tú nos enseñas, nos alientas, nos exhortas, y nos corriges.

Gracias, Padre, que Tú mandaste a tu Hijo a esta tierra para morir en nuestro lugar. El pagó la pena que nosotros no podíamos pagar. Jesús es el único que puede darnos vida eterna. Señor, abre nuestros ojos y oídos espirituales para escucharte… para verte… En el nombre de Jesús. Amén.

El título de este mensaje es ¿ESTÁS SEGURA? Y está dividido en 2 verdades: (I) LA BASE DE LA SEGURIDAD; (II) EL RESULTADO DE LA SEGURIDAD.

¡ASÍ QUE! COMENCEMOS CON LA PRIMERA VERDAD…

I. LA BASE DE LA SEGURIDAD – 1 Juan 5:6-12

6 Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre, no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.

7 Porque tres son los que dan testimonio [En el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu; y estos tres son uno. 8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra]: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.

¿Cómo podemos saber que Jesucristo es Dios? Algunos de sus contemporáneos lo llamaron mentiroso y engañador. Otros dijeron que Jesús era un fanático religioso, o un loco, o hasta, un buen judío sincero, pero tristemente equivocado.

La gente, a la que Juan le estaba escribiendo, estaba expuesta a la falsa enseñanza de que Jesús era un simple hombre, sobre quien “EL CRISTO” había venido cuando Jesús se bautizó. Pero fue en la cruz, que “EL CRISTO” dejó a Jesús. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

Según ellos, Jesús murió como cualquier otro ser humano. Por eso Juan escribe esta carta para refutar esta falsa enseñanza, presentando tres testigos infalibles para probar que Jesús es Dios.

El primer testigo fue el Agua. Jesús vino “mediante agua y sangre”. El agua se refiere a su bautismo en el Jordán, cuando el Padre habló desde el cielo, en Mateo 3:17, “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”.

En aquel mismo momento, el Espíritu descendió en forma de una paloma y reposó sobre Él. Este fue el testimonio que el Padre dio “en cuanto a Su Hijo”, al comienzo del ministerio de Jesús.

El segundo testigo fue la Sangre. El Padre dio otro testimonio a lo que se acercaba el momento de la muerte de Jesús. Jesús dijo en Juan 12:28, “¡Padre, glorifica tu nombre! Y en ese momento vino una voz del cielo: Lo he glorificado, ¡y volveré a glorificarlo!”.

Además, el Padre TESTIFICÓ CON GRAN PODER cuando Jesús estuvo en la cruz: ESA OSCURIDAD SOBRENATURAL… EL TERREMOTO… LA RUPTURA DEL VELO DEL TEMPLO. Por eso, no nos debe de extrañar que el centurión exclamara en Mateo 27:54, “EN VERDAD, ¡ESTE ERA HIJO DE DIOS!”

Jesús no recibió “al Cristo” en el bautismo… ¡NI LO PERDIÓ EN LA CRUZ! El Padre, en ambos casos, dio testimonio de la divinidad de Su Hijo.

El tercer testigo fue el Espíritu. Jesús le dijo a Sus discípulos en Juan 15:26, “Cuando venga el Consolador, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre y a quien Yo les enviaré de parte del Padre, Él dará testimonio acerca de Mí.”.

El Espíritu Santo es la “ÚNICA PERSONA” que está activa ahora en la tierra, y que estuvo presente durante el ministerio de Cristo en la tierra. El testimonio del Padre es historia pasada. Pero el testimonio del Espíritu es experiencia presente. El primero es externo, el segundo es interno, y ambos están de acuerdo.

¿Cómo testifica el Espíritu dentro del corazón de la creyente? Romanos 8:15 dice, “Pues ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice nuevamente al miedo, sino que han recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”

Su testimonio es la confianza interior que tenemos de que le pertenecemos a Cristo. No es una confianza que “fabricamos nosotras mismas”, sino una confianza que Dios nos da. El Espíritu también nos da testimonio por medio de la Palabra. A medida que leemos la Palabra de Dios, Jesús nos habla… y nos enseña.

PAUSA

En aquella época, la ley requería dos o tres testigos para resolver un asunto. El Padre dio testimonio en el bautismo, y en la cruz. Y en el día de hoy, el Espíritu da testimonio en el corazón de la cristiana. El Espíritu, el agua y la sangre ponen punto final a esta cuestión. Dicen unánimemente: ¡JESUS ES DIOS!

9 Si aceptamos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios, porque este es el testimonio que Dios ha presentado acerca de Su Hijo.10 El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, lo ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha presentado acerca de Su Hijo.

Si el testimonio humano es aceptado en base a tres testigos, con mayor razón debemos de aceptar el testimonio de Dios. Este texto presenta dos puntos. Primero, el testimonio divino debe de ser aceptado PORQUE ES MAYOR QUE EL TESTIMONIO HUMANO… que todo el mundo acepta. Y Segundo, la incredulidad es un pecado.

Si confiamos que la palabra de una persona es verdad… ¿por qué no vamos a confiar en Dios… que es más confiable que el ser humano? Si una persona acepta el testimonio de Dios, tiene la seguridad en su corazón, QUE LO QUE HA CREÍDO es realmente verdad. Él que rechace el testimonio de Dios lo hace a Él un mentiroso.

Y si Dios es mentiroso, ¡ENTONCES NO HAY NADA SEGURO!

Había un tipo que se burlaba “todo el tiempo” de un pastor irlandés porque este predicaba frecuentemente la doctrina de eterna seguridad. Un día le preguntó al pastor, “¿Qué si después de tanto predicar, pierde usted su salvación?

La respuesta del pastor fue inmediata, “Dios perdería mucho más que yo. Yo perdería mi salvación, ¡SI! pero Dios perdería Su reputación.” ¡DIOS NO MIENTE!

11 Y éste es el testimonio QUE DIOS nos ha dado vida eterna, y esta vida está en Su Hijo. 12 El que tiene al Hijo, tiene la vida, el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. 13 Les escribo estas cosas a ustedes, los que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.

La palabra clave aquí es “testimonio”. Dios dio testimonio de su Hijo, y también le ha dado testimonio a cada uno de sus hijos. ¡Nosotros sabemos que tenemos vida eterna! No sólo tenemos el testimonio del Espíritu en nuestro corazón, sino también, el testimonio de la Palabra de Dios. La vida eterna es un regalo. No es algo que nos podamos ganar.

Por eso Efesios 2:8–9 dice, “Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Esta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie.

JUAN fue inspirado por el Espíritu Santo a escribir el evangelio de Juan para asegurarnos de que “Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios.” Y él escribió esta epístola, 1 Juan, para que podamos estar seguras de que somos hijas de Dios. ¡QUÉ SOMOS SALVAS!

Una salvación que es “en un momento si… y en otro no” nunca aparece en la Biblia. La salvación no es un fenómeno que se repite. En la Biblia no hay ningún ejemplo de alguien que fuera salvo, y que luego perdiera su salvación, para luego recuperarla de nuevo, y luego volverla a perder.

Cuando no hay seguridad de salvación, ¡NO HAY PAZ! Y si no hay paz, tampoco hay alegría. La falta de alegría nos hace vivir con miedo. ¿Es esta la vida que Dios crea? ¡NO!

Su gracia crea un alma confiada, que declara en 2 Timoteo 1:12, “Yo sé a quién he creído, y estoy seguro, de que Él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.”

Hay mucho en esta vida que no sabemos. Pero lo que si sabemos, es esto: “Que los que creen en el nombre del Hijo de Dios… saben que tienen vida eterna.” ¡CONFÍA EN JESÚS! ¡AFÉRRATE A SUS PROMESAS! Su fidelidad no depende de la tuya. Su cumplimiento no está basado en el tuyo. Su amor no depende del tuyo.

Tu vela puede parpadear, pero no se apagará. ¡El amor de Dios nunca deja de ser! Por eso, Lamentaciones 3:22 dice, “El gran amor del SEÑOR nunca se acaba, y Su compasión jamás se agota.”

¡ASÍ QUE! YA VIMOS LA BASE DE LA SEGURIDAD, AHORA EXAMINEMOS LA SEGUNDA VERDAD…

II. EL RESULTADO DE LA SEGURIDAD – 1 Juan 5:14-21

14 Y esta es la confianza que tenemos en Él. Que si pedimos algo según Su voluntad, ¡ÉL NOS OYE! 15 Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, también sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

¿Cómo puedes saber tú que Dios te escucha cuando oras? ¿Cómo puedes saber si Dios contestará tu oración? ¿Cómo puedes saber si estás orando de acuerdo a la voluntad de Dios?

Las enseñanzas de Jesús siempre conectaban la RESPUESTA A LA ORACIÓN con una vida VIVIDA DE ACUERDO A LA VOLUNTAD DE DIOS: confiando, perdonando, siendo misericordiosa, siendo humilde, creyendo, pidiendo en Su nombre, permaneciendo en Su amor, guardando Sus mandamientos, y Sus palabras permaneciendo en nosotras.

Cuando vives de acuerdo a la voluntad de Dios, podrás discernir “espiritualmente” QUE PEDIR. Una vida entregada y moldeada por la voluntad de Dios SABRÁ COMO ORAR.

Santiago 5:16 dice que, “La oración del justo es muy poderosa y efectiva.” Por mucho que nos gustaría pensar que no hay relación, entre nuestro pecado y nuestra vida de oración, el testimonio bíblico es bien claro: “el pecado en el corazón afecta las oraciones que salen de la boca.

Debemos de estar limpias antes de ingresar al salón del trono de Dios. Tenemos que vaciarnos de todo pecado para que Dios pueda ocupar el trono de nuestro corazón. Dios toma el pecado muy en serio -- mucho más en serio que nosotras. El corazón que tolera el pecado, no está en condiciones de tener comunión con Dios.

Si la oración es comunión, ¡Y LO ES… un alma corrupta no puede tener intimidad con un Dios inmaculadamente puro.

Como el aceite y el agua, no hay mezcla posible entre Dios y lo impuro. ¡El pecado y la oración no se pueden mezclar! Este principio nos plantea un asunto bastante serio. Sabemos en lo más profundo de nuestro ser, que somos pecadoras. Entonces ¿nunca vamos a poder orar? ¡CLARO QUE SI! Gracias al sacrificio de Jesucristo. ¡ÉL NOS HA LIMPIADO!

Él ha abierto la cortina para ingresar al Lugar Santísimo. ¡Nosotras podemos entrar y tener comunión con nuestro Dios! A lo mejor pensamos que este fue un acontecimiento de una vez… ¡y para siempre! Que la salvación implicaba una limpieza permanente. ¡SI! ¡Así es! ¡Por supuesto! Dios nos ve como justas para siempre.

Sin embargo, ¡ESTA JUSTICIA DEBE DE VIVIRSE! … si es que la fe va a ser una fe vibrante. Un alma desobediente encontrará muy poco en común con su Creador. Algunos conocen su posición en Cristo, ¡PERO NO LA VIVEN! ¡La oración no puede prosperar así!

¿Has sentido alguna vez que tu relación con Dios, SI BIEN GENUINAMENTE SEGURA, se siente un poco incómoda? ¿Parece que tus oraciones no están en armonía con la voluntad de Dios? PERO POR SU MISERICORDIA, Dios te llama a que te acerques…¡DEBES DE DEJAR TU PECADO PARA ACERCARTE MÁS A ÉL! El pecado dificulta la oración y la comunión.

¡ASÍ QUE! ¡CONFIÉSALO! Arrepiéntete de él, corrige tus errores, y acércate al corazón de Dios.

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Antes de que existieran los teléfonos, los correos electrónicos, y los teléfonos celulares, el telegrama había sido la forma más rápida de comunicación. Pero solo noticias importantes eran mandadas por telegrama. Y esas noticias eran, por lo general “MALAS.” Por eso se decía que los telegramas solo traían malas noticias.

En una de las guerras del antiguo Israel, cuando Ezequías era Rey de Judá, Senaquerib, el Rey de Asiria, invadió y capturó las ciudades de Judá. Entonces le mandó una carta a Ezequías… COMO QUIEN DICE… “le mandó un telegrama con malas noticias” instándolo a que se rindiera.

Ezequías describe ese momento en 2 Reyes19:3, “Este es un día de angustia, de reprensión y de blasfemia”. Entre burla y chacota, Senaquerib alardeaba de sus campañas militares pasadas, denigrando al Dios de Israel… ¡Y amenazando caos!

En ese terrible momento, el Rey Ezequías hizo algo poco usual con la carta que contenía malas noticias. Se fue al templo del Señor y, puso la carta delante del Señor.

Entonces oró fervientemente, reconociendo el gran poder de Dios sobre su triste situación. Dios le aseguró que había escuchado su oración. ¡Y DIOS INTERVINO PODEROSAMENTE!

¡Malas noticias nos pueden llegar en cualquier momento! En esos momentos, la acción de Ezequías es un buen ejemplo a seguir. Pon delante del Señor tu problema o tu dolor, EN ORACIÓN, y escucha Sus palabras tranquilizadoras, “He escuchado tu oración.”

A veces nos olvidamos ¡QUE DIOS ESCUCHA NUESTRAS ORACIONES! Jesús nos habla a través de las Escrituras. Y no importa… a lo que nos enfrentemos, ¡PODEMOS CONFIAR EN ÉL! ∐ ¡Es importante notar también que 2 Reyes 18:3 dice… que Ezequías hizo lo recto a los ojos del Señor. Y por ser un hombre recto y justo, ¡ÉL PODÍA CONFIAR EN SU DIOS!

Jesús dice, que si lo amas y guardas Sus mandamientos, Él orará al Padre por ti. ¡La oración tiene poder… según la clase de vida que lleves!

Jorge Mueller, quien alimentó a miles de huerfanitos con la comida que Dios proveyó en respuesta a sus oraciones, dijo: “La oración no consiste en vencer la resistencia de Dios. ¡NO! Es más bien, aferrarse a los recursos de Dios”.

En el Salmo 4:3, David dice, “Entérense de una vez. El Señor escoge a los hombres justos [y a las mujeres justas], así que Él me escuchará cuando yo lo invoque.”

El pecado nos separa de Dios, y hace que Él cierre Sus oídos a nuestras oraciones. Es en vano orar cuando estamos practicando el pecado… A SABIENDAS. ¡Pero lo contrario es verdad también! Dios nos honra cuando escucha cada una de nuestras oraciones… ¡cuando estamos viviendo una vida piadosa!

Si vivimos una vida intachable, nunca tendremos que preguntarnos si Dios ha escuchado nuestra oración. Es emocionante saber qué has sido separada por Dios, sabiendo que Él observa tu vida entregada a Él, y se complace con lo que ve.

Puede que el mundo no te conceda ningún estatus especial, ¡pero tú sabes que eres valorada por Dios! El mundo sigue buscando nuevas formas de honrar a la gente. Pero aun los premios y los galardones “más extravagantes del mundo” no se comparan “a la bendición tan increíble” de tener un lugar especial en el corazón de Dios.

PAUSA

¡Jesús mismo dependía de la oración! ¡AUN SIENDO DIOS EN LA CARNE! Cada vez que nuestro Señor Jesucristo tenía que tomar una decisión importante, ¡ÉL ORABA! Cuando era tentado a hacer cosas, según los métodos del mundo, EN VEZ DE LOS DEL PADRE, ¡ÉL ORABA! Cuando llegó el momento de escoger a Sus discípulos, ¡JESÚS ORÓ TODA LA NOCHE!

Si el Hijo de Dios requería una noche de oración para determinar la mente del Padre, ¿cuánto más nosotras para determinar claramente la voluntad de nuestro Padre? Como Jesús andaba rodeado, muchas veces, por las multitudes, Él sabía que tenía que buscar un lugar tranquilo para poder escuchar claramente la voz de Su Padre.

Jesús sabía que Su misión no era la de atraer a multitudes, sino más bien, ERA LA DE PERMANECER OBEDIENTE A SU PADRE. Era la oración la que establecía LA AGENDA de Su ministerio. ¡La oración precedía a Sus milagros! La oración le dio aliento a Jesús en los momentos más críticos.

La oración le permitió ir a la cruz. Y la oración lo mantuvo ahí a pesar del dolor tan terrible. ¡SIGUE EL EJEMPLO DE TU SALVADOR! Permite que tu tiempo con Dios, en oración, establezca también la agenda para tu vida.

Y Phillips Brooks dijo, “Nunca ores para tener una vida fácil. Ora, más bien, ¡para ser una persona fuerte! Nunca ores “para tener tareas” equivalentes a tu poder.

Más bien, ora para tener el poder equivalente a tus tareas.” Si caminas cerquita a Jesús el día de hoy, estarás en el centro de Su voluntad el día de mañana.”

20 Pero también sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer AL QUE ES VERDADERO; y estamos en el verdadero, EN SU HIJO JESUCRISTO. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.

A. W. Tozer escribió, “Lo que se te viene a la mente cuando piensas en Dios es la cosa más importante acerca de ti”. La forma como vemos a Dios moldea profundamente quienes somos. Si lo vemos como un dictador, seremos serviles. Si lo vemos como un tío indulgente, viviremos indulgentemente.

Si pensamos que Él es como un altoparlante, lo escucharemos. Pero si pensamos que Él es silencioso y oscuro, cerraremos nuestros oídos a la posibilidad de escucharlo. Si creemos que Jesús viene pronto, nos prepararemos.

¿Vendrá Jesús ha raptarnos y a llevarnos al cielo? ¿Nos encontraremos con Él en las nubes cuando venga a la tierra a establecer Su Reino? Nuestra respuesta afectará la naturaleza de nuestra misión. Nuestra confianza en Él, la forma como le hablamos, LAS COSAS QUE ESPERAMOS DE ÉL – son todas moldeadas por nuestra visión.

Eso se hace realidad… por la forma como nos vemos a nosotras mismas. Si nos vemos como pecadoras, que nunca podemos hacer nada bien, terminará siendo una profecía auto-cumplida. Pero si nos vemos a nosotras mismas, como nuevas criaturas de fidelidad y autoridad, también terminará siendo una profecía auto cumplida.

La forma como vemos a Dios, a nosotras mismas, al mundo, y al futuro determina nuestros puntos de vista, nuestras actitudes, moralidad, relaciones y experiencias.

¡Es de vital importancia que prestemos atención a la forma como vemos las cosas!

¡TEN ABSOLUTA CONFIANZA EN DIOS! Mira Su plan para el mundo a través del lente de la esperanza. Entiende el llamado y la autoridad que Dios te ha dado. Insiste en ver la verdad, permitiendo que Su Espíritu te dé Sus ojos.

Busca la Presencia de Jesús con la expectativa de sentirla porque tú sabes que Él es un Dios que viene a Su gente. En cada área de la vida, desarrolla tu visión. ¡Te sorprenderás con lo que ves!

21 Hijitos, manténganse apartados de los ídolos. Amén

Hoy en día no tenemos dioses de madera ni de piedra en nuestras casas ¿no es cierto? ¡REALMENTE! ¿Nos tenemos que preocupar de ídolos hoy en día? ¡Por supuesto que ¡SI! ¡Hoy en día, la idolatría está peor que nunca!

Nos apegamos a las cosas ¡que son menos importantes que Dios! La idolatría es amar “a algo”, en vez de a Dios. Si revisaras tu chequera hoy día, y el estado de cuentas de tu tarjeta de crédito, te podrías dar cuenta de cuales son algunos de los ídolos en tu vida. ¿En qué gastas tu dinero? ¿Para qué ahorras tu dinero? ¿En qué usas tu tiempo?

¿Qué es lo que piensas apenas te despiertas por la mañana? ¿Y cuándo te vas a acostar? ¿Qué es lo más importante para ti? Cualquiera que sea, ¡ese es tu dios! Si tú dios no es DIOS MISMO, ¡estás practicando la idolatría!

Para algunas de nosotras, nuestro dios puede ser el narcisismo, el orgullo, el dios del amor propio. Puede que sea la ambición egocéntrica, la vanidad, la obsesión por tener éxito, el embellecimiento obsesivo, la exaltación de uno mismo, el deseo desmedido de ser admirada por otros, deseada, o hasta envidiada por nuestras bellas posesiones.

Para algunas de nosotras, nuestro dios puede ser Venus, la diosa del amor y el sexo. O Baco, el dios de la juerga y el placer, el comer, el trago, y las drogas. ¡Como si la diversión y el placer fueran las únicas razones de vivir!

Para algunas de nosotras, nuestro dios es Marte, el dios de la guerra y la competencia, venciendo a la oposición, queriendo ganar a toda costa, ¡despiadadas con aquellos que se oponen a nosotros, ya sea en los negocios… o hasta en la iglesia!

¿Cómo podemos librarnos de estas formas de idolatría?

El peligro de la idolatría NO ES MENOS REAL HOY DIA, “EN EL SIGLO 21”, que lo que fue para los cristianos EN EL SIGLO PRIMERO. Necesitamos estar alertas contra la mancha de la idolatría en nuestras vidas. ¡JUAN nos dice… ¡QUE NOSOTROS HEMOS ENCONTRADO AL VERDADERO DIOS! Así que, ¡Guárdate de ídolos! ¡No valen la pena!

Guárdate de dioses sustitutos que demandan tu atención. ¡Entrégate completamente a Jesús! Solo Él puede satisfacer todos los deseos de tu corazón. Hoy en día son pocas las personas que se inclinan ante ídolos de madera o de metal. Sin embargo, son otros ídolos los que atrapan su atención y su afecto.

La codicia, por ejemplo, es idolatría. Una mujer puede adorar a su chequera o monedero CON TANTO FERVOR, como una pagana adora a su triste ídolo. Jesús dice en Mateo 4:10, “Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás” ¡Aquello a lo que servimos, es a lo que adoramos! ¡Nuestro dios es aquello que controla y dirige nuestra vida!

Por eso, Dios nos advierte contra el pecado de la idolatría. La idolatría, no sólo es una violación a Su mandamiento, sino que es la forma sutil… que Satanás usa para controlarnos. Cuando las cosas del mundo ocupan el lugar de Dios en nuestra vida, ¡SOMOS CULPABLES DE IDOLATRÍA!

Un ídolo es una cosa temporal. ¡Jesucristo es el eterno Dios! 2 Corintios 4:18 dice, “Las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”. Los ídolos son cosas muertas. En cambio, ¡Cristo es el Dios viviente! Los ídolos son falsos, ¡pero Cristo es el verdadero Dios!

¿Hay algo en tu vida tan atractivo que no lo puedes dejar? ¿Algo que el mundo te ofrece… que estás adorando… y que no te permite demostrarle amor a Jesús? Pídele a Dios que te ayude a desligarte de esa fascinación. Pídele que te muestre cuán rica puede ser tu vida, si te deshaces de tus ídolos y sigues a Jesús.

ORÉMOSLE AL SEÑOR

Padre, gracias por inspirar al apóstol Juan a escribir esta epístola de 1 Juan para que pudiéramos estar seguras de que somos tus hijas. Que tenemos vida eterna. Sabemos que cuando no hay seguridad de salvación, ¡no hay paz! Y si no hay paz, tampoco hay alegría…

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Así que… en estos momentos… te quiero preguntar… ¿Te está hablando Jesús al corazón? ¿Te está invitando a acercarte a Él? ¿Quieres tener la seguridad de que tienes vida eterna?

JESÚS dice en Juan 14:6, “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre si no es por Mí.” ¡Jesús es el único camino! Ninguna religión, ninguna iglesia, ninguna persona te puede llevar al cielo. ¡Solo Jesús puede hacerlo!

¡ASI ES COMO FUI SALVADA! Porque pensé: “Si Jesús es el único camino, yo quiero tomar Su camino. Si Él es la única verdad, yo quiero esa verdad, y si Él es la única vida, yo la quiero.

Ahora sé, sin duda alguna, que tengo salvación eterna. Esto no tiene nada que ver con religión, sino con un encuentro verdadero con Dios. ES CONOCERLO… ES AMARLO. Es tener una relación íntima con El. ¡Mi vida cambió desde ese momento! Ha sido un proceso maravilloso que continuará para toda mi vida.

Dios te ama y quiere darte vida abundante. Y El estará contigo contra viento y marea. Él nunca te dejará ni te abandonará. ∐ Jesús me ha dado paz y alegría… ¡me ha dado seguridad!

Romanos 10:9 dice, “Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.” Y Juan 1:12 dice “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechas hijas de Dios.”

¿Te sientes sola en estos momentos? ¿Vacía? Solo Jesús puede satisfacer los anhelos más profundos de tu corazón. Solo Jesús te puede dar paz… esa paz que sobrepasa todo entendimiento.

¿Qué si este es tu último momento? ¿Tu último día? ¿Estás segura que si te mueres hoy, te irás al cielo? La Biblia dice que puedes estar segura. ¡Que hoy es tu día de salvación!

Tú te puedes ir al cielo, no por tus buenas obras, o tu moralidad, o tu decencia, o el dinero que ofrendes, ¡NO! tú te puedes ir al cielo solo por el mérito de la obra terminada de nuestro Señor Jesucristo, que murió en la cruz en tu lugar, y en el mío, y pagó la sentencia de la ley, en sí mismo. La Biblia dice que por Sus heridas fuimos sanadas.

Escúchame. No importa lo que hayas hecho… No es demasiado tarde. No importa cuán bajo hayas caído. No es demasiado tarde. Jesús te acepta tal como eres. Jesús te está invitando, pero tú tienes que venir. ¡Ven tal como eres! ¡Jesús te ama! Él quiere perdonarte. ¡El quiere hacerte una mujer nueva!

Dios te puede dar un nuevo comienzo. ¡Una nueva vida! ¡Tú no estás aquí por casualidad! Tenías una cita divina con Dios.

Así que, te quiero preguntar: ¿Quieres aceptar a Jesús como tu Señor y Salvador? O a lo mejor lo aceptaste en el pasado, pero sabes que no has estado caminando con Él, ¡hoy es tu oportunidad de regresar a Él.

¡ASÍ QUE! SI QUIERES ACEPTAR A JESÚS POR PRIMERA VEZ, O SI QUIERES REGRESAR A ÉL… SI QUIERES TENER LA SEGURIDAD DE QUE TIENES VIDA ETERNA, ENTONCES REPITE ESTA ORACIÓN DESPUES DE MÍ.

RECUERDA QUE LE ESTÁS HABLANDO AL SEÑOR DE CORAZÓN A CORAZÓN.. .

Señor Jesús, Sé que soy pecadora. Perdóname. Yo creo que moriste por mis pecados y resucitaste de entre los muertos. Ya no quiero pecar más. Ahora te invito a que entres en mi corazón y vida. Quiero seguirte, como mi Señor y Salvador, para el resto de mi vida. En el nombre de Jesús… Amen.