Lucas 1:26-33 dice, Seis meses después, Dios envió al ángel Gabriel a la ciudad galilea de Nazaret 27 para ver a María, una virgen que estaba comprometida con José, un hombre que era descendiente de David. 28 El ángel entró en donde ella estaba y le dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo.
29 Cuando ella escuchó estas palabras, se sorprendió y se preguntaba qué clase de saludo era ése. 30 El ángel le dijo: «María, no temas. Dios te ha concedido Su gracia. 31 Vas a quedar encinta, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre JESÚS.
32 Éste será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios, el Señor, le dará el trono de David, Su padre, 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y Su reino no tendrá fin.
El nombre de la jovencita era María. La forma hebrea del nombre María es Miriam, que significa “mirra amarga”. ¿Por qué le dieron ese nombre? ¡REALMENTE NO LO SABEMOS! Pero era la costumbre de los judíos de darle a sus hijos [COMO NOMBRE] LAS CIRCUNSTANCIAS DE SU NACIMIENTO.
En la época, en que Jesús vino, era una época de mucha amargura, y de extremada pobreza para los judíos. Ellos eran gente esclavizada y oprimida, y su suerte era patética. De la gente oprimida, María era una de las más humildes. Definitivamente, que María no era una señorita de la alta sociedad de una gran ciudad, sino la hija de un hombre sencillo de un pequeño pueblo.
Podemos deducir, que ella no era de gran alcurnia o linaje, porque ella misma lo dice en su canción en Lucas 1:46, Mi alma glorifica al Señor… 48 Pues se ha dignado mirar a su humilde sierva.
No sabemos si los padres de María estaban vivos en ese tiempo. En el pueblo de Nazaret, María parecía ser una simple joven pobre, cuidando del ganado y de la casa, y haciendo sus tareas designadas. María tendría probablemente trece años en ese entonces, o quince años, ¡A LO MÁS!
Y sin embargo, esta fue la jovencita que Dios escogió. Él podía haber ido a Jerusalén y haber escogido a la hija de Caifás, que era bonita, rica, bien vestida, y atendida por un séquito de criadas. Pero Dios prefirió a una chica humilde de un pueblo insignificante.
Es muy posible que María estuviera haciendo sus quehaceres domésticos, cuando el ángel Gabriel se le apareció. A los ángeles les encanta ir a la gente que está cumpliendo con su llamado, y haciendo sus obligaciones.
Por eso, el ángel se le apareció a los pastores mientras estos apacentaban a su ganado. A GEDEÓN, a lo que sacudía el trigo en el lagar. Y A LA MAMÁ DE SANSÓN, mientras estaba sentada en el campo. Posiblemente, María, que era muy espiritual, estaría en algún rincón de la casa, orando por la redención de Israel.
El ángel saludó a María, y le dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo. No sabemos si María percibió inmediatamente, que era un ángel quien le hablaba. Lucas parece dar a entender, QUE NO, porque ella parecía sentirse avergonzada, no tanto por la apariencia del ángel, sino por sus palabras.
Definitivamente, que sus palabras eran poco comunes. Como diciendo, “Oh María, bendita eres. Tienes un Dios muy gentil. No hay mujer en esta tierra A QUIEN ÉL LE HAYA DEMOSTRADO TAL GRACIA. Té eres la corona entre todas las mujeres”.
Lucas 1:29-33 dice, Cuando ella escuchó estas palabras, se sorprendió y se preguntaba qué clase de saludo era ése. 30 El ángel le dijo: «María, no temas. Dios te ha concedido Su gracia. 31 Vas a quedar encinta, y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre JESÚS.
32 Éste será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios, el Señor, le dará el trono de David, Su padre, 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y Su reino no tendrá fin.
Considera el cambio que ocurrió en la vida de María. Sus pensamientos de matrimonio se volvieron en pensamientos de maternidad. Y sus pensamientos de una vida tranquila y ordinaria, SE CONVIRTIERON EN LA EXPECTATIVA DE SER EL CENTRO DE UN MILAGRO ESPECTACULAR DEL CIELO. Por eso Dios mandó A GABRIEL MISMO para ayudarla a entender y preparar.
Si María no hubiera creído, ella no hubiera concebido. AL PRINCIPIO, ella estaba preocupada y preguntó en Lucas 1:34, ¿Y ESTO cómo va a suceder? ¡Nunca he estado con un hombre! 35 El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con Su sombra. Por eso el SANTO SER que nacerá será llamado Hijo de Dios.
¿Por qué María? María misma se debe de haber hecho la misma pregunta. ¿Por qué soy yo la mujer favorecida? ¿Por qué yo? Por supuesto, QUE LAS RAZONES QUE MARÍA FUERA ESCOGIDA, ¡solo las conoce Dios! Pero, lo que es muy claro, es que ella no fue elegida al azar. Aunque ella era una chica ordinaria de un pequeño pueblo, María tenía que ser obediente y valiente. ¡Y LO ERA!
Por su canción en Lucas 1:46, deducimos que María era una mujer de la Escritura… una mujer de fe. Ella tenía que ser una virgen para que la gloria de Dios FUERA MILAGROSAMENTE DEMOSTRADA. Ella tenía que ser una joven humilde, PARA ARMONIZAR, con la naturaleza humilde del nacimiento de nuestro Señor.
¡MARÍA ERA TODAS ESAS COSAS! Ella honraba y obedecía la voluntad DE SU PADRE CELESTIAL, al proveerle a Su único Hijo, un hogar de donde emerger para comenzar la obra, que definiría la historia de la humanidad.
San Bernardo declaró, que en este pasaje, hay tres milagros: (1) Que Dios y hombre se juntaran en este BEBÉ; (2) Que la madre permaneciera virgen; (3) Que María tuviera TAL FE -- DE CREER que este misterio se llevaría a cabo en ella. ¡El nacimiento virginal es una pequeñez para Dios!
¡QUE DIOS SE VOLVIERA HOMBRE ES EL MAYOR MILAGRO! Pero lo más increíble DE TODO es que esta chica comprendió que este anuncio SE TRATABA DE ELLA, y no de cualquier otra virgen. ¡QUE ELLA HABÍA SIDO ESCOGIDA PARA SER LA MADRE DE DIOS!
María FUE FAVORECIDA POR DIOS para una tarea, que finalmente, PERMITIRÍA, que cada una de nosotras FUERA TAMBIÉN FAVORECIDA. Gabriel dijo, “El Señor está contigo”, y como resultado, ¡EL SEÑOR ESTÁ CON CADA UNA DE NOSOTRAS!
De esa forma, Dios mandó EL REGALO DE NAVIDAD MÁS GRANDIOSO, no solo para María, ¡SI NO PARA TODAS NOSOTRAS! ¡Pero fue María quien entregó el paquete envuelto en pañales! ¿LO ACEPTARÁS?