El maestro de ciencias, con una sarcástica sonrisa, hizo una declaración “bien burlona” acerca de que Dios creó el mundo. Tú levantaste la mano… ¡y expresaste tus convicciones! El maestro puso los ojos en blanco, y los otros alumnos se rieron entre dientes.

No es fácil ser la única de tu familia que va a la iglesia. Claro que es malo” que ellos no vayan a la iglesia. Pero es peor aún, que se rían de ti… ¡porque si vas a la iglesia! © Si trabajas en el departamento de ventas de una empresa, tú no quieres hacer trampa en tu reporte de gastos. Los otros vendedores te incitan a que hagas trampa.

¡Tú te niegas rotundamente! Al día siguiente, encuentras que alguien te ha rayado tu carro. ¡Eso es persecución! No por fusilamiento. No por amenaza de muerte. No por el gobierno. Pero es persecución, no obstante. Es una persecución más sutil. ¡Es la persecución de los amigos, la familia, y los compañeros de trabajo!

Claro que ellos no te quitarán la vida… ¡pero te quitarán la paz! Y querrán quitarte tu fe… ¡si los dejas! ¿Cómo respondes tú? ¡Estudiando” este pasaje” escrito por el apóstol Pedro! Él sabía lo que era ser perseguido. Él fue golpeado y encarcelado. Amenazado y castigado.

Estoy segura que él vio a algunos cristianos permanecer firmes, y a otros, los vio caer. ¡Él sabía lo que “mantenerse fuerte” en tiempos difíciles… requería!

1 Pedro 4:12 dice, Amados hermanos, no se sorprendan de la prueba de fuego a que se ven sometidos, como si les estuviera sucediendo algo extraño.

¿Se han dado cuenta “que nuestra primera reacción” cuando estamos pasando por una prueba difícil, es de pensar… “¿por qué me está pasando esto?” ¡No entendemos por qué la gente de Dios tiene que sufrir! Ese es un enigma “para nosotros” porque sabemos que Dios nos ama supremamente.

Así que nos preguntamos, “¿Si Dios me ama tanto, ¿por qué permite que yo sufra?” Cuando yo amo a alguien, yo quiero salvarlo del sufrimiento. ¡Así es como malcriamos a nuestros hijos! En nuestro afán de protegerlos de las consecuencias de sus malas acciones, dejamos que se sigan hundiendo en su rebelión.

Si Dios quisiera que todos los días de tu vida fueran fáciles, tus días serían fáciles. PERO POR SU GRACIA, Él tiene planeado que tus días sean Sus herramientas de refinamiento. ¡LO QUE ÉL QUIERE ES NUESTRA SANTIDAD!

Hebreos 12:6 dice, El Señor disciplina al que ama, y azota a todo el que recibe como hijo. Mientras que otros se pueden salir con la suya, Dios no dejará que nosotros nos salgamos con la nuestra, porque somos Sus hijos e hijas. Las pruebas son la forma “que Dios usa” para purificar a Sus hijos.

A través de la historia, el pueblo de Dios ha sufrido “en manos del mundo no-creyente”. Los creyentes son diferentes a los no-creyentes, “y esa vida diferente” produce un estilo de vida diferente. Mucho de lo que vemos en este mundo depende de mentiras, del orgullo, del placer y el deseo de tener más.

El creyente dedicado edifica su vida en la verdad, la humildad, la santidad y el deseo de glorificar a Dios. Este conflicto “lo vemos” en toda la Biblia. Caín era un hombre religioso y, sin embargo, aborreció a su hermano y lo mató. El mundo no persigue a la “gente religiosa”, pero sí persigue a los justos.

1 Juan 3:12 nos dice “el por qué” Caín mató a Abel. Porque sus obras eran malas, y las de su hermano eran justas. Los fariseos y gobernantes judíos eran religiosos y, sin embargo, crucificaron a Cristo y persiguieron a la iglesia.

Y Jesús dijo en Mateo 10:17, Cuídense de la gente, porque los entregarán a los tribunales, y los azotarán en las sinagogas. Jesús les explicó a los discípulos “que habría oposición y persecución” por parte del mundo.

Pero también les dio una promesa muy alentadora en Juan 16:33, Estas cosas les he hablado para que en mí tengan paz. En el mundo tendrán aflicción; pero confíen, yo he vencido al mundo. Jesús venció al pecado y al mundo, mediante Su muerte en la cruz, y Su resurrección,

Pedro dijo, No se sorprendan de la prueba de fuego. La idea de “fuego,” muchas veces, se aplica a una prueba o a la persecución… ¡hasta la usamos en nuestras conversaciones de hoy en día! “Él se encuentra en una situación bien candente”, es una manera típica de describir a alguien que está pasando por pruebas difíciles.

Sin embargo, es importante notar, “que no todas las dificultades de la vida” son pruebas de fuego. Pedro nos enseña que hay que distinguir “entre el sufrimiento que se experimenta por ser creyente”, y el sufrimiento por hacer el mal.

Por ejemplo, es posible que un creyente crea, “que los demás lo rechazan por su fe”, pero “puede ser” que la verdadera razón de sus problemas, sea que él es bien pesado y antipático. A veces es necesario examinarse uno mismo, o buscar el consejo de una persona “con sabiduría” para poder determinar la verdadera causa de nuestro sufrimiento.

Sin embargo, podemos estar seguras… de que cuando suframos a causa de nuestra lealtad a Cristo… “¡Él estará siempre con nosotros! © Hay algunas dificultades, que son sencillamente parte de la vida humana… ¡y les sucederá a casi todas las personas!

Desgraciadamente, hay algunas dificultades… “que nos las buscamos nosotras mismas”, por nuestra desobediencia y pecado. En este pasaje, “la prueba de fuego” sucede porque somos fieles a Dios… ¡y defendemos lo que es correcto! Como llevamos el nombre de Cristo… ¡el mundo nos ataca!

Jesús les dijo a Sus discípulos, que la gente los perseguiría, como lo habían perseguido a Él. ¿Por qué? ¡Porque esa gente no conocía a Dios! La persecución y las pruebas no ocurren simplemente “por casualidad.” ¡Con Dios, ¡no existen casualidades ni accidentes! Son parte del plan de Dios… ¡y Él tiene el control de todo!

13 Alégrense de ser partícipes de los sufrimientos de Cristo, para que también se alegren grandemente cuando la gloria de Cristo se revele. 14 ¡Bienaventurados ustedes, cuando sean insultados por causa del nombre de Cristo! ¡Sobre ustedes reposa el glorioso Espíritu de Dios!

El mundo no puede entender “que las circunstancias difíciles” puedan producir un gozo extraordinario. Es porque “el mundo” nunca ha experimentado la gracia de Dios. © Es un honor y privilegio sufrir con Cristo, y que el mundo nos trate “de la misma forma” como trató a Jesús.

Hoy en día, la hostilidad hacia los cristianos, “que hablan” en contra de los pecados de la cultura, y en defensa de la exclusividad del evangelio” … ¡está aumentando. ¡Sufrimos por el nombre de Cristo! Puedes decirles a tus amigas “no creyentes” que eres bautista, metodista, agnóstica, y hasta atea, y no habrá oposición.

Pero diles que crees en Jesucristo… ¡Olvídate! en el momento que mencionas el nombre de Jesús en la conversación… la cosa se pone seria. Nuestra autoridad está en el nombre de Jesús… ¡y Satanás detesta ese nombre! Cada vez, que se nos insulta por el nombre de Cristo, tenemos la oportunidad de darle gloria a Su nombre.

El mundo podrá hablar contra el nombre de Jesús, pero nosotros hablaremos y viviremos de tal manera, que Su nombre será siempre honrado… ¡y glorificado!

Policarpo fue obispo de Esmirna a mediados del siglo dos. Lo arrestaron por su fe y lo amenazaron de muerte, si no se retractaba. “Ochenta y seis años le he servido”, respondió el santo obispo, “y nunca me ha hecho daño”. ¿Cómo podría yo blasfemar a mi Rey y Salvador?

El oficial romano le dijo, “Yo respeto tus canas, Policarpo. Simplemente di: “¡abajo los ateos!” y te pondré en libertad”. Por “ateos”, él se refería a los cristianos que no reconocían al césar como “señor”. Policarpo “señaló” a la multitud de paganos romanos que lo rodeaban, y exclamó: ¡Abajo los ateos!”

Lo quemaron en la estaca y su martirio dio gloria el nombre de Jesucristo. ¿Qué prueba de fuego has experimentado, o estás experimentando en este momento, como resultado de tu fe en Jesús? Aplica a tu vida las palabras de Pedro… ¡Y sigue adelante en el nombre de Jesús!