En los años 50’s, el ministro británico W.E. Sangster, comenzó a notar un malestar en su garganta y a arrastrar su pierna. Cuando fue al médico, se enteró que tenía una enfermedad incurable, que progresivamente, causaría distrofia muscular.

Sus músculos se atrofiarían, su voz le fallaría, y su garganta no podría pasar los alimentos. Sangster se entregó de lleno a su trabajo de misiones, dándose cuenta que él todavía podía escribir y, además, tendría más tiempo para orar.

Le oró al Señor, “Déjame quedarme en la lucha. Ya no podré ser general, pero dame solo un regimiento para liderar”. Él escribió artículos, libros, y ayudó a organizar “cédulas de oración” a través de Inglaterra. Gradualmente sus piernas dejaron de funcionar. Su voz se le fue completamente.

Pero todavía podía coger un lapicero, aunque con mano temblorosa. En la mañana de la Pascua de Resurrección, solo unas pocas semanas antes de su muerte, le escribió una carta a su hija.

Decía, “Es terrible levantarme ‘en la mañana de la pascua’ y no tener voz para gritar, ‘¡Jesús ha resucitado!’ Pero sería más terrible todavía, ‘tener voz,’ y no querer gritar”.

El Salmo 107:1 dice, ¡Alabemos al Señor, porque él es bueno; porque su misericordia es constante! Nuestro Señor es confiable. Él es nuestro protector. Él es generoso. Él nos alimenta. Él nos escucha cuando pedimos auxilio. Él nos corrige sabiamente. Él nos perdona… ¡cuando regresamos a Él! Dios nos rescatará de nuestras pruebas… ¡si le pedimos que nos ayude!

¿Cuándo se escribió el Salmo 107? Muchos eruditos piensan que fue escrito después que el remanente de los judíos regresó a Israel – al final de los 70 años de exilio en Babilonia. Cada vez que los judíos se encontraban en problemas, ellos clamaban al Señor, y él los libraba de sus aflicciones.

Y cada vez, que Dios “gentilmente” los liberaba, la gente era exhortada “a decir” en el verso8-9¡Alabemos la misericordia del Señor y sus grandes hechos en favor de los mortales! 9El Señor sacia la sed del sediento, y colma con buena comida al hambriento.

Esta es una de las grandes ironías del corazón. Si tu corazón está buscando satisfacción, la satisfacción es la única cosa “que no encontrará”. El corazón nunca estará satisfecho “con cosas.” No, el corazón solo estará satisfecho “con el Dador de las cosas”. Si buscas felicidad… ¡la felicidad se te escapará!

Muchas mujeres casadas me dicen, “Lo único -- que siempre quise -- fue un esposo que me hiciera feliz”. Piensen no más, en la dinámica “que esta expectativa” trae a la relación matrimonial. Obviamente, una mujer que dice eso “tiene que tener cierta idea” de lo que la felicidad debiera ser.

Ella tiene un sueño, y está poniendo “el peso de ese sueño” en los hombros de su esposo. ¿Y quién es este hombre? Él es solo un ser humano con defectos, viviendo en un mundo caído, así que “no es muy probable” que él pueda ser “EL SUEÑO” que ella está buscando.

Cuando tú dices, “que algo en la creación te va a satisfacer”, lo que realmente estás diciendo “es que esa cosa” va a ser tu salvador. Eso significa -- de forma muy práctica – que estás buscando “algo en el mundo horizontal,” que nunca podrá ser tuyo, “verticalmente”.

En otras palabras, tú estás pidiendo algo, “que quieres que la creación haga por ti” … ¡QUE SOLO DIOS PUEDE HACER! ¡Si! “el mundo físico creado” fue diseñado para ser glorioso… ¡Y LO ES!

El mundo es una sinfonía de diferentes glorias físicas: como la vista, el sonido, el tacto, el gusto y el sentir… ¡pero esas glorias no pueden satisfacer tu corazón! Si tú les pides que lo hagan… ¡tu corazón se sentirá vacío! Y tú te sentirás frustrada y descorazonada.

No, las glorias terrenales “que Dios creó”, deben de ser solo “señales” que apuntan a la única gloria… ¡que podrá satisfacer nuestros corazones! Si tú solo buscas satisfacción… ¡LA SATISFACCIÓN SE TE ESCAPARÁ DE LAS MANOS!

Pero si tú buscas a Dios, descansarás en Su presencia y gracia, y pondrás tu corazón en Sus maravillosas manos, Él satisfará tu corazón como nada, ni nadie… ¡puede hacerlo! ¡Tú fuiste creada para Él! ¡Para adorarlo a Él!

¡Dios es la paz que estás buscando! Él es la satisfacción que tu corazón anhela. Él es el descanso que quieres, el gozo que deseas, y el confort que tu corazón ansía. ¡Dios es todo lo que necesitas! ¡Búscalo, y lo encontrarás!

Todas esas cosas -- que tú y yo decimos necesitar -- realmente no las necesitamos. Todas esas cosas -- que pensamos que nos darán contentamiento y gozo -- ¡no nos lo darán! Lo que necesitamos es vida en Él. Y por Su gracia, Él estará con nosotras – en nosotras -- y por nosotras.

Nuestros corazones pueden descansar – porque por Su gracia -- nos ha sido dado todo lo que podamos necesitar… ¡EN ÉL! A pesar de que hay altos y bajos en la vida -- al final de cuentas para la gente de Dios -- no “hay bajos” sino solo “altos”. Nosotros sabemos esto, “y lo buscamos” porque sabemos que Dios es bueno y soberano.

Dios nos ama -- y porque nos ama -- Él nos conforta, nos preserva, y nos guía a través de las experiencias más duras de la vida. Nosotras, las creyentes, debemos darle gracias a Dios por ser quien es -- y por actuar como Él lo hace – no solamente cuando las cosas nos están yendo bien.

El apóstol Pablo sufrió grandes adversidades, en sus esfuerzos por llevar el evangelio “a través del mundo romano conocido”… INCLUYENDO SU ENCARCELAMIENTO, al final del cual, fue decapitado.

Pero fue este “el mismo apóstol” que escribió en Filipenses 4:12,Sé vivir con limitaciones, y también sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar satisfecho como para tener hambre, lo mismo para tener abundancia que para sufrir necesidad; 13¡todo lo puedo en Cristo que me fortalece!

Y también dijo en Filipenses 4:6-7,No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias, 7y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

Alejandro Duff fue un elocuente pastor y pionero de las misiones, y fue el primero en ser enviado a la India por la iglesia presbiteriana de Escocia. El 14 de octubre de 1829, él y su esposa, zarparon para la India en un barco llamado “La Dama de Holanda.

Cuatro meses después, el barco encalló, mientras trataba de navegar el Cabo de la Buena Esperanza. Las fuertes olas destruyeron el barco, llevándose consigo lo que el barco contenía. Milagrosamente, todos los pasajeros y la tripulación “llegaron sanos y salvos” a una isla.

Sin embargo… ¡Todas sus pertenencias se perdieron! Pero un marinero, que estaba caminando por la playa buscando comida y leña, encontró una Biblia. Vio que le pertenecía a Alejando Duff, así que se la llevó al misionero. Duff inmediatamente abrió su Biblia al Salmo 107, y se lo leyó a los otros sobrevivientes.

Terminó con el versículo 43, Si hay alguien sabio, que cumpla con esto, y que entienda que el Señor es Misericordioso.

¿Te sientes desalentada? ¿infeliz? ¿Con problemas? Deja que Dios te ayude, que te de paz, y que haga un milagro en tu vida. Alabemos a Dios, como este Salmo 107 lo hace. Esta alabanza ha sido una bendición para la gente de Dios… a través de los siglos.