¡A mí me encantan los cuentos de hadas! Como el cuento de la Cenicienta… La Bella Durmiente… Blancanieves… Y tantos otros cuentos lindos. Pero mi cuento favorito es el de la Cenicienta. Es tan romántico. ¿Se acuerdan? “Había una vez, en un reino muy lejano… un gran rey. Y ese rey tenía un hijo, el príncipe del reino.

El rey decide buscar una novia para su hijo, así que da una gran fiesta, e invita a todas las muchachitas del reino. Y aunque la madrastra no quería que la Cenicienta fuera a la fiesta, el hada madrina la viste linda, y hasta carruaje le da. El príncipe queda fascinado con la Cenicienta, y bailan juntos toda la noche.

Pero cuando el reloj de palacio da las doce campanadas -- que era cuando el hechizo terminaba -- la Cenicienta sale corriendo, y en el apuro, se le sale su zapatito de cristal. El príncipe corre tras ella, encuentra el zapatito, y manda a un emisario a buscar a su dueña.

De todas las chicas del reino, el zapatito de cristal “solo le queda bien” a la Cenicienta. ¡Ella sería la novia del príncipe del reino! El emisario la lleva a palacio…el príncipe se casa con ella. Y viven felices para siempre. Y colorín, colorado….

Toda muchachita sueña con tener su propio cuento de hadas. Se imagina “a ella” ser la bella de las historias que ha escuchado – que ella ha sido creada con un propósito especial… buscada por su príncipe azul… e inmortalizada en un cuento que sería pasado de generación a generación.

Ella “quiere creer” que es la protagonista de una historia de virtud -- de amor verdadero -- una historia de maravillas interminables. Desgraciadamente… la vida real es muy diferente. Muchas chicas – o a lo mejor “tú misma” – han sido traicionadas. O tal vez, abusadas o traicionadas por su propio padre.

PERO DIOSestá en una misión de búsqueda y rescate – cortejando, redimiendo, y transformando los corazones de las muchachitas… reescribiendo sus historias, restaurando sus esperanzas, dándoles una razón de vivir… ¡y una misión a cumplir!

1 Corintios 6:18 dice, Huyan de la inmoralidad sexual. Cualquier otro pecado que el hombre [o mujer] cometa, ocurre fuera del cuerpo; pero el que comete inmoralidad sexual peca contra su propio cuerpo.

Hubo un tiempo en que la virginidad de la mujer era considerada un tesoro de mucho valor, que se protegía, a como diera lugar. El muchacho -- que se ganaba el corazón de la muchachita -- también se ganaba su cuerpo. ¡Él sería su esposo! Sería el primero y el último que la conocería de una forma íntima… ¡mientras ambos vivieran!

Hoy en día, mucha gente se burla de la virginidad -- como si fuera algo malo -- porque dan a entender que la muchacha que es virgen, no es deseable, ya que supuestamente, nadie ha querido acostarse con ella. La virginidad es considerada pasada de moda, porque desgraciadamente, la moralidad en la época en que vivimos, ha desaparecido.

Yo me acuerdo de los antiguos programas de televisión. Estos exaltaban los valores de la familia e ilustraban moralidad y carácter, y manejaban los temas de la vida con integridad. ¡Qué diferencia a los programas de hoy en día!

Para que puedas vivir -- como Dios manda -- y para que puedas encontrar a tu príncipe azul… ¡guárdate para tu futuro esposo! ¡Que lindo poder formar un hogar cristiano lleno del amor de Cristo! ¶ Aún si tú fuiste abusada…. ¡tú puedes comenzar de nuevo! ¡Tú puedes hacer un voto de pureza ante Dios… ¡ahora mismo!

Y en el día de tu matrimonio, tú podrás casarte blanca y radiante. ¡Y tu príncipe azul te llevará orgullosamente del brazo! Muchas de las adolescentes -- que le entregan su cuerpo y alma a un muchacho, pensando que este amor duraría para siempre -- se dan cuenta muchas veces, que no es así.

Que lo que ellas creían que era su príncipe azul, no era “ni tan pr íncipe…ni tan azul” como ellas creían. “Diga lo que diga, no te dejes engañar por la persuasión de tu novio o de un amigo.El muchacho que te quiera tentar… te hablará palabras convincentes y persuasivas. Te amo tanto… No puedo vivir sin ti. “Acuéstate conmigo.

Todo lo que te diga podrá sonar muy romántico… ¡pero es una mentira! Hay tantas historias de amores truncados… historias de corazones rotos, “que creyeron en un amor falso”. Todas tenemos “nuestras propias ideas” del amor. Y generalmente, esas ideas vienen de las películas que vemos, y de los libros que leemos.

Pero escucha lo que Dios dice acerca del verdadero amor, en 1 Corintios 13:4-7, El amor es paciente y bondadoso; no es envidioso ni jactancioso, no se envanece; 5no hace nada impropio; no es egoísta ni se irrita; no es rencoroso; 6no se alegra de la injusticia, sino que se une a la alegría de la verdad. 7Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Cada decisión que tomes en esta vida trae consigo “buenas consecuencias o malas consecuencias.” ¡Cada cual cosecha lo que siembra! Si te mantienes pura hasta el día de tu matrimonio… ¡los resultados serán siempre buenos!

¿Pero cómo puedes permanecer pura en el mundo en que vives? ¡Ser pura no es fácil!

Requiere fe en Dios, y disciplina. Todas sabemos “que las cosas buenas de la vida” … ¡requieren esfuerzo!

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Cuánto más ames a Dios… ¡más querrás obedecerlo! Jesús dice, “Si me amas, obedecerás mis mandamientos.” Cuando vives una vida pura, no solo estás honrando a Dios, y a tu futuro esposo, sino también estás honrando “a otros” que te mirarán como un buen ejemplo.

Pablo dice en 1 de Corintios 6:19, ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios?” ¿Qué quiere decir que nuestro cuerpo le pertenece a Dios? Muchas dicen que tienen derecho “de hacer con su cuerpo lo que quieran”.

Aunque algunas piensen que eso es libertad, ¡ellas no son más que esclavas de sus deseos. Cuando nos convertimos en cristianas, el Espíritu Santo viene a vivir en nosotros. Por lo tanto, dejamos de ser dueñas de nuestro cuerpo. El hecho de que Dios nos compró “a un alto precio” es una referencia “a un esclavo” comprado en una subasta.

¡La muerte de Cristo nos liberó del pecado! Como nuestro cuerpo le pertenece a Dios, no debemos violar las normas… ¡que Él ha establecido!

Romanos 12:2 dice, Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.

Tu imaginación y tu habilidad de pensar, hacen que tu mente “sea un órgano sexual” muy poderoso. Lo que pongas en tu mente determinará la calidad y pureza de tu vida . Si pones cosas buenas en tu mente… ¡cosas buenas saldrán!

Colosenses 3:2 nos dice, Pongan la mira en las cosas del cielo, y no en las de la tierra.

No subestimes la influencia que las canciones, el cine, la televisión, las revistas y el internet puedan tener en tu vida. ¡Si alimentas tu mente con cosas malas… ¡lo malo saldrá! Pero si alimentas tu mente con cosas buenas… ¡lo bueno triunfará! ¡Así de simple es!

Proverbios 23:7 dice: “Lo que el hombre piensa en su corazón, eso es. Como tu mente es, en gran parte, la persona que eres, y en la que te vas a convertir, te voy a dar “algunas sugerencias prácticas” para mejorar tus pensamientos.

Lee y memoriza las Escrituras. Escoge bien a tus amistades. Escucha canciones sanas, y lee libros que te inspiren. ¡Ora! Yo le converso a Dios, lo alabo, le canto, le cuento mis penas y alegrías, y le pido ayuda. Y más que nada, le doy gracias por todo lo que Él me da, “lo que me ha dado” … ¡y lo que ha hecho por mí!

Me encanta leer la Biblia porque quiero conocer a Dios “tal como Él se ha revelado en Su Palabra”. ¡Su Palabra cambia vidas! En Mateo 6:22 Jesús dice, “El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz.”

Estas palabras de Jesús puede que hayan sido la inspiración del dicho: “Tus ojos son la ventana de tu alma.” ¿Sabías que tus ojos son también la ventana de tu cerebro? Tu cerebro toma fotos de todo lo que ves… ¡y las guarda en tu mente! Así que el secreto “está en proteger tus ojos” de cosas malas.

Desafortunadamente, hay cosas malas en todas partes. Piensa en todo lo que has visto en la televisión, en el internet, en el cine… ¡y hasta en persona! Aparta tu vista de cosas feas… de imágenes que se meten “sigilosamente” en tu mente – imágenes que te pueden llevar por el mal camino.

Es muy natural que te percates “de las imágenes sexuales” alrededor tuyo; pero apenas las veas, aparta tu mirada inmediatamente. ¡No fijes tu vista en eso! Esto le dará “menos tiempo a tu mente a tomar la foto” – una foto “que jamás” podrás borrar. ¶ Proverbios 4:23 declara, “Sobre todas las cosas ‘cuida tu corazón’, porque de él mana tu vida.”

Cuando yo era chica mi mamá siempre decía, “Dime con quién andas y te diré quién eres.” Tú terminarás siendo como la gente con quién andas. ¡Escoge buenas amistades! Lo que toleras en una amiga hoy, terminarás imitando mañana.

Las amigas y amigos “que escojas” determinarán -- en gran parte -- la clase de persona que eres… ¡y la que serás! Por eso Proverbios 13:20 dice: “El que con sabios anda, sabio se vuelve. El que con necios se junta, saldrá mal parado.” Escoge a tus amigas y amigos con sabiduría. No te puedes “ni imaginar” la influencia que ellos pueden tener en tu vida.

¿Te ayudan tus amigas a ser una mejor persona, o te traen abajo? Si tus amigas no están siendo una buena influencia en tu vida… ¡mi consejo es que cambies de amigas! ¡Escógelas bien! ¡Ellas influenciarán tu vida y tus decisiones!

Si tus mejores amigas usan drogas, es muy probable, que tú también termines usándolas. Si tus amigas son promiscuas, eventualmente, terminarás yendo por el mismo camino. Si tus íntimas amigas están mirando pornografía en el internet, eventualmente… ¡terminarás haciendo lo mismo!

PAUSA

¡La amistad es un regalo de Dios! Pocas cosas en la vida – son tan bellas -- como una verdadera amistad. ¡Una buena amiga es un tesoro inimaginable! Hacer amistades “positivas y sanas”, ¡debiera ser una prioridad en tu vida!

La Biblia dice qué si quieres tener buenas amigas… ¡tú tienes que ser una buena amiga también!

Y YA PARA TERMINAR…

Si alguna vez has dudado del amor de Dios por ti… ¡mira a la Cruz! Estoy segura, que aunque fueras la única persona en este mundo -- Cristo igual hubiera sacrificado Su vida para que pudieras tener una relación con Dios. Debemos recordar y pensar en todo lo que Jesús sufrió -- en Su humillación -- en los maltratos recibidos por gente que lo odiaba.

Dios nos ama tanto -- que a pesar de que le volvimos la espalda -- Jesús sufrió y murió en la cruz por nosotras. ¡Ese es verdadero amor! Realmente… ¡la Biblia es una historia de amor! Es un amor mucho más grande, que el mejor cuento de hadas.

¡La Biblia -- de principio a fin -- es un romance divino! Comienza con un hombre y una mujer fundiéndose en un solo ser, y termina con el Espíritu Santo y la Novia de Cristo, invitando a otros “a unirse a la familia de Dios” para siempre. Podríamos decir “que la Biblia es como un cuento de hadas celestial”.

Pienso que el cuento de la Cenicienta debe haber sido inspirado por la Biblia. Aquí vemos que Dios -- el Rey de ese reino lejano -- decide mandar a Su Hijo, al Príncipe Jesús, en busca de una novia para casarse con ella. ¡Y nosotras somos como la Cenicienta!

El Príncipe, para conseguirla, deja las glorias del cielo, la compañía de Su Padre, la adoración de los ángeles para ir a la tierra a redimir a Su novia. Redimir significa: pagar el precio. ¡Jesús SI que pagó el precio! ¿Se imaginan? Dejar un palacio para nacer en un establo… dejar de gobernar los cielos y la tierra, para trabajar como carpintero.

Dejar su trono glorioso, para ser coronado con espinas. Dejar las alabanzas de los santos para ser escupido, maltratado, y azotado por la gente. Dejar las maravillas del cielo para venir a la tierra para morir en tu lugar y en el mío. ¡La pena del pecado es muerte! El pecado es tan horrible ante Dios, “que la condena es el derramamiento de sangre”.

¡Por eso vino Jesús al mundo! ¡A derramar Su sangre! El nombre de Jesús significa “Dios es nuestra salvación,” porque iba a ser Él, el que salvaría a Su pueblo del pecado. Y el “voto de matrimonio” se haría en el Monte Calvario. ¡Jesús te ama! ¡Quiere que seas Su novia!

Cuando la cenicienta perdió el zapatito de cristal, el príncipe mandó a sus emisarios para que buscaran a la muchacha que había perdido el zapatito… ¡y casarse con ella! Él no tuvo que entregar “su propia vida” para conseguirla.

Sin embargo, Jesús vino -- Él mismo -- a la tierra a buscarte y rescatarte de tu pecado, a ser tu verdadero Príncipe Azul… ¡y a ofrecerte Su Reino! ¡Él quiere que seas feliz con Él para siempre!

¿Quieres mantenerte pura para Dios? ¿Quieres honrar a Jesús, y a tu futuro esposo, guardando tu pureza sexual hasta el día en que te cases? Y si acaso ya no eres virgen… ¡tú puedes comenzar de nuevo! ¡Nunca es tarde!

Pídele perdón a Dios. Él es fiel y justo para perdonar tus pecados y limpiarte de toda maldad. ¡Tú puedes vivir una vida nueva “limpia y pura” de ahora en adelante!