Las olas del lago eran enormes, y salpicaban encima del muelle, mientras yo caminaba detrás de una familia joven hacia un faro. Pude escuchar a la niña decirle a su padre, “Papá, por favor, camina a mi lado, y agárrame de la mano ¡esta parte me da mucho miedo”.

A veces la vida puede darnos miedo. ¡SI! Tenemos problemas económicos. Problemas de salud. Perdemos a seres queridos. Cuando llevamos estas cargas y preocupaciones, anhelamos que una mano fuerte “tome nuestra mano”, para mantenernos firmes y seguras.

Hechos 18:9 dice,Una noche, mientras Pablo dormía, el Señor le dijo en una visión: [Pablo], “No temas, habla y no calles”. Pablo estaba en Corinto. La comunidad judía de Corinto estaba furiosa por el éxito de Pablo, e hizo todo lo posible para silenciarlo… ¡y librarse de él!

Pablo tal vez estaría pensando en irse de la ciudad, cuando el Señor se le acercó, y le dio la seguridad que necesitaba. Es típico de nuestro Señor de hablarnos “cuando más lo necesitamos”. Sus tiernas palabras “no temas” puede calmar la tempestad de nuestros corazones. ¡No importa cuáles sean las circunstancias que nos están rodeando”!

La próxima vez que te sientas sola y derrotada, medita en las palabras de Isaías 41:10, en que Dios te dice, No tengas miedo, que Yo estoy contigo; no te desanimes, que Yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas y siempre te ayudaré.

Si te sientes abrumada por tus circunstancias, ¡no pierdas las esperanzas! El miedo, como la fe, crece de acuerdo a tus palabras. Si tú hablas “con miedo”, te volverás más miedosa.

Pero si confiesas tu fe en Dios -- a pesar de tus circunstancias -- te animarás, y tu fe se hará más fuerte. ¿No es eso lo que necesitas? ¡Lo que Dios quiere es que te relaciones con Jesús! Él te transformará en una persona de Dios… ¡no en una persona superficial y vacía!

¿Ignoras a la gente que está haciendo grandes cosas para Dios, porque no ves a Dios en tu propia vida? Tú eres tan importante “para Jesús,” como tu pastor u otro líder de tu iglesia. ¡Dios te ha llamado a hacer grandes cosas en el nombre de Jesús! Pero no podrás hacerlo, ¡si no te deshaces del miedo y, adoptas la fe!

Vivir con miedo es como vivir cerca de un arroyo contaminado. Tú podrás tomar un poco de esa agua, y a lo mejor, hasta saciar tu sed por el momento. ¡Pero el resultado será la muerte!

Durante tu vida, tú lidiarás constantemente con dos espíritus – el espíritu de fe, y el espíritu del miedo. ¡Con la fe, viene el poder! Con el miedo, ¡viene la parálisis! ¡Te quedas fría! ¡La Biblia habla de muchos individuos… ¡que vencieron en la vida! Ellos cumplieron su destino e impactaron al mundo porque hablaron la verdad de Dios. ¡Ellos no tuvieron miedo!

¿Refleja tu vida la fe en Dios? ¿O muestra que eres esclava del miedo? ¶ El rey David es un bello ejemplo de un hombre que sabía hablar la Palabra de Dios… ¡y derrotar al miedo! ¡Hasta logró vencer al terrible gigante… ¡Goliat!

David dijo en el Salmo 27:1, El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién podría yo temer? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿quién podría infundirme miedo? David se escondió en una cueva mientras que la guerra “hacía estragos alrededor suyo”, y sus enemigos lo perseguían constantemente.

Pero David tomó las palabras de Dios… ¡y las usó “como armas” para conquistar su miedo! Él dijo en el Salmo 34:4, Busqué al Señor, y él me escuchó, y me libró de todos mis temores.

Pablo también se enfrentó a muchas crisis en su vida. ¡La gente lo atacaba verbalmente! ¡Algunos hasta querían matarlo! Sin embargo, Pablo no tuvo miedo. ¿Por qué? ¡Porque él tenía puesta su confianza en Dios!

¿Alguna vez has leído libros de autoayuda “escritos” para edificar tu confianza? ¡Yo he leído muchos de ellos! ¡No me ayudaron en nada! Los autores hablaban de desarrollar confianza en uno mismo. Pero confianza en nosotras mismas… ¡no es lo que necesitamos! La Biblia “no dice” que pongamos nuestra confianza en nosotras mismas.

Más bien, ¡dice que pongamos nuestra confianza en Dios! Pero ¿cómo puedes superar el miedo? El Espíritu Santo te da oportunidades de hablar la verdad en amor. Y con cada oportunidad… ¡Él te dará la unción que necesitas! Él te dará la sabiduría para saber cuándo debes hablar… ¡y te dará las palabras que dan vida!

Pero tú tienes que estar dispuesta a escuchar y obedecer. Pablo podría haberse sentido incómodo… ¡y hasta culpable! Después de todo, ¡él persiguió a la iglesia! ¡Él metió presos a muchos cristianos! ¡Hasta aprobó la muerte de Esteban! Entonces, ¿cómo pudo Pablo conquistar el miedo e impactar al mundo con sus enseñanzas?

¿Cuál es la diferencia entre Pablo, y muchas de nosotras? Pablo estaba lleno de Jesús, y comprendía la importancia de hablar la verdad de Dios. Pablo comprendió la realidad de la perspectiva de Dios, “y dejó que esa realidad” impregnara su vida entera.

Él aceptaba todo aquello que Dios decía que era verdad, ya sea, si se trataba de sí mismo, de la iglesia, de los judíos, o los gentiles. Vivimos en un mundo que vive de excusas. Si tú le preguntas a alguien, ¿Por qué no crees en la Palabra de Dios? Él te dirá. “Estoy desilusionado por esto o aquello.” ¡Tonterías!

La verdad es que Pablo no puso su fe en el hombre. ¡Él puso su fe en Dios! ¿Qué esperas recibir de Dios… sin fe? ¡NADA! ¿Qué estás haciendo tú con respecto a tus problemas? ¿Preocuparte? ¿Te está ayudando eso? ¡Por supuesto que no! ¿Crees que quejarte te ayudará en algo? ¡Ni hablar!

¿Por qué no comienzas a hablar la Palabra de Dios en tu situación? Escribe las escrituras pertinentes, y comienza a hablarlas y, a memorizarlas. ¡Tienes que aprender a tratar con lo verdadero! Si tienes miedo, ¡trata con el miedo!

Si Dios te ha dado una tarea -- sea cual fuere -- ¡hazla y no te des por vencida! No importa cuantos retrocesos puedas tener. Si sigues adelante, ¡triunfarás! ¿Por qué algunas personas fracasan? Mucha gente se da por vencida por razones ridículas. Se da por vencida en su trabajo, su matrimonio, el colegio, los hijos, la iglesia, ¡hasta renuncia a Dios, porque tiene miedo!

¡Jesús tuvo la misión más difícil del mundo! Sin embargo, Él nunca dio una excusa para no hacerla. Él nunca le dijo a Dios, “¡NO PUEDO HACER ESTO!” ¡Nada ni nadie podía impedirle hacer “lo que Dios “lo había llamado a hacer!

Jesús básicamente dijo, “Lo que el Padre dice, Yo digo. Lo que el Padre hace, Yo hago. Si ustedes han visto a Mi Padre, entonces me han visto a Mi.”

“Estoy segura “que muchas de ustedes” han escuchado de Joni Earickson Tada. Cuando Joni era una adolescente, se accidentó buceando, que la dejó paralizada del cuello para abajo. Desde un punto de vista natural, ¡ella está severamente limitada!

¿Qué es lo que puede hacer una persona cuando no puede mover ni un dedo, ni un brazo, ni una pierna? Joni, esta bella mujer, se dedicó a estudiar la Palabra de Dios, y comenzó a hablar la Palabra. Joni dejó de compadecerse de si misma… ¡y de echarle la culpa otros! Y, como resultado, ella ha tocado miles de vidas.

Joni ha escrito varios libros, y pintado bellos cuadros sosteniendo la brocha en su boca. ¡Nada parece detenerla! Ella hace mucho más -- que muchas mujeres que están completamente sanas. ¿Por qué? Porque ella estaba desesperada por creer, por actuar con respecto a la Palabra de Dios, y ser llenada de Su poder.

¡Además! ¿Quién se hubiera imaginado que Franklin Roosevelt se convertiría en presidente de los Estados Unidos, estando en silla de ruedas? ¿Quién hubiera soñado que Napoleón -- un epiléptico que sufría convulsiones frecuentes -- pudiera conquistar un continente?

Walt Disney se atrevió a mostrar “su dibujo animado” a un grupo de hombres de negocios, ¿y preguntarles si podían financiar su visión de hacer una película animada? ¡Ellos pensaron que su idea era ridícula! Le dijeron, “Tú no eres ningún artista. Además, ¿quién va a querer ver la historia de un ratón?

¡A la gente ni siquiera le gusta los ratones!” Sin embargo, hoy en día todo el mundo conoce a Walt Disney… y a su creación: ¡Mickey Mouse! ¿Y quién se hubiera imaginado que Beethoven pudiera continuar su sueño de escribir bellísima música, aun después de quedarse ciego?

Pero, ¿qué hizo que esta gente triunfara? ¡Estas personas no se andaban lamentando! “¡Ay, pobre de mí!” Más bien, ¡ellos pusieron manos a la obra! Se enfrentaron al miedo… ¡y confiaron en Jesús! ¡SI! Ellos creyeron que la mano de Dios estaba en sus vidas, sin importar lo que sus circunstancias les decían.

Así que, ¡no des excusas por tus problemas! ¡No tengas miedo! ¡Ten fe! ¡Cree que la mano de Dios está sobre ti! Dios te está preguntando hoy: ¿Qué es lo que quieres hacer con tu vida? Recibe la visión “que Él quiere darte”, ¡y no tengas miedo! ¡Lidia con tu miedo! Deja que Dios te guie… ¡un paso a la vez!